SOLO PARA MAYORES DE EDAD…
SADE II
Recordaba un chiste, donde un joven inexperto, de buena posición, y presencia, buscaba por recomendación de su madre, una mujer ingenua para tomarla como esposa… y decide casarse con quién obtuvo las respuestas más inocentes. Pero a su pesar, la mujer con la que se casa, resulta ser experta en las lides del amor…
Ella me invitaba a hacer cosas desconocidas, nuevas, sucias, y hasta dolorosas…
Proponía el 69, que luego el 71… al rato, colgada de tubos, decía que succionara, luego volteaba…
Decía: “Toca la campana que hemos entrado en oración…Eres el oficiante, y yo la sacerdotisa… y ahora nos fundimos en comunión…”
Por los tragos, no lograba desentrañar el crucigrama…Parecía Directora de orquesta, espécimen raro, contorsionista, tocaba todos los instrumentos…
Enternecía tocando flauta…entreabría los ojos, y miraba que tenía entre sí, la más apetitosa fruta. Pasaba su fuente por mis entornos… Me pedía que la estrujara, que la castigara, que me cobrara sus ofensas...
Regaba su cuerpo con licor, y me llevaba a libar de su fuente… Colocaba la botella en el piso, y la levantaba con su vagina, y pedía que succionara el chico.
Decía: Túmbame al piso, arrástrame, jálame del cabello, colócame llaves de lucha…
Sentada en mis rodillas, pedía que jalara sus pezones, que los mordiera, que los chupara…
Entre danzas y movimientos precisos, pedía que recibiera sus orines.
Me pedía alargar la lengua, que hiciera círculos dentro de su fuente… Luego me besaba, y tomaba para sí cualquier efluvio de su cuerpo, quedado en mi boca…
Se deslizaba, y me ofrecía su fruto destilando licor en la boca…
Acudí al concierto como aprendiz, experimenté cosas que no habían pasado por mi mente.
Regó licor en mi cuerpo, y libaba de arriba abajo. Llegó al chico, y comenzó a succionar, introdujo primero su lengua, y al rato sus dedos…
Me sentí violado, pero cedí...
Sus prácticas me parecían extrañas, y exageradas...
Por ratos, sus ojos estallaban en la penumbra.
Gritaba, chillaba, se escabullía…Entraba, salía, se volteaba, paraba, acostaba, saltaba…
No supe si su repertorio era de rutina, o improvisación de ocasión…
La sentía incansable, insaciable en las artes del amor…
Pensé que aquello nunca terminaría…Resistí el embate y el combate. En un momento pareció rendirse al sueño…
Decidí vestirme rápidamente, y huir del lugar…
Nunca la volví a buscar…
Tardé más de un mes, en curarme de las magulladuras…
EDWARD BELLOUM. 014.
Foto Tomada de Internet.
Foto Tomada de Internet.
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