miércoles, 18 de junio de 2014

Juego de Niños (Relato)



JUEGO DE NIÑOS


Somos  marido y mujer, -dijo, y como ellos tenemos que hacer cosas de los esposos…Acuéstese allí, ordenó. Me acosté sobre el piso en una estera, y luego ella se acostó encima de mí…Yo estaba acostado de lado, y ella me dijo: Voltéese boca arriba que lo voy a desvestir...y añadió: Los hombres cuando llegan borrachos no son capaces de desvestirse, apenas llegan a la cama se ponen a roncar. Cuando estaba bajando la bragueta del pantalón me preguntó  que si se me paraba el pipí, yo escuchaba  atónito y no sabía qué responder... Me invadía una vergüenza sin igual, nunca había pasado por tamaña experiencia.
Habiéndome sacado los zapatos,  bajó rápidamente el  pantalón, y luego los interiores…Tomó el  pipí entre sus manos y comenzó a moverlo suavemente, y me dijo: ¡Gorrudo!  Y tarareando cantaba: Ahora vas a perder tu gorrito…Luego dijo: vamos a ver como se porta el vecino. Comenzó a darme rápidas caricias y besos supongo que apasionados en el cuello y en la boca…al poco tiempo, dijo: Está listo…Seguidamente se subió el vestido y bajó sus interiores y nuevamente se subió encima de mí, sentí un extraño dolor, pero no dije nada…estaba petrificado.
Estuvo por un rato encima de mí…Luego dijo: Ya hemos encargado… Y se colocó un saco que acomodó entre su interior, bajó su falda… el relleno hacía aparecer su vientre abultado. Ahora dijo: Súbase los calzones y váyase a trabajar, y traiga o compre algo en la tienda  para su mujer que está esperando un hijo suyo.
Subí  el interior, y miré que al contacto con mi cuerpo se manchaba, me ardía y sentía dolor… Me arreglé  la ropa algo apenado y asustado, y salí a la tienda a comprar un dulce para volver a la cama donde quedó Nicol acostada. Cuando aparecí en la puerta, me dijo: ¡Rápido, traiga un poco de agua en  una olla!
Corrí hasta la cocina y encontré un pequeño  platón que llené con agua de otra olla,  y me acerqué donde estaba ella. Luego dijo: ¡El niño nacerá pronto! Usted me lo recibe en una toalla, lo besa, le da una palmada, lo baña,   y me lo entrega,  para yo darle seno.
Al rato, ella comenzó a estremecerse en la cama, y de entre sus piernas sacaba un muñeco  que me lo pasaba para que le diera la palmada, lo bañara,  lo secara…y se lo pasara
Cuando se lo entregué, dijo: Es el mismo retrato de su padre, ¡Se parece a Usted...! ¿Qué nombre le vamos a poner?  Luego dijo: Deme lo que compró.  Le entregué el dulce… Le dije que ya era tarde, y que tenía que volver a casa…
Yo no era de los niños que acostumbrara a contar a la abuela las novedades  sucedidas en la calle, por temor a sus regaños…Al día siguiente era domingo y tocaba baño, por lo cual cuando me saqué el interior le quité las manchas de sangre en un lavamanos, y cuando la abuela se acercó a mirarme para ver si ya me había bañado,  me miró  usando el mismo interior  a manera de esponja…

Blogger: Edward Belloum.012.

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