miércoles, 5 de septiembre de 2018

EL CAMPECHE. PERSONAJES POPULARES DE TÚQUERRES..


PERSONAJES POPULARES TÚQUERRES,
ÉPOCA DEL 60, AL 80.


EL CAMPECHE:

Fernando se llamaba y trabajaba en la casa de la familia Díaz. Era  personaje de fiestas de fin de año, y Carnavales.

Festivo y toma trago barato como el Tomasito. Era un hombre de aspecto de viejo  de 1,70 aproximado, pero mostraba vitalidad, y en su hablar tenía un cierto dejo propio de las personas con problemas de  articulación con  Z retraída, propios de quienes tienen la mandíbula pronunciada.

Los muchachos  se burlaban de él por la apariencia, pero quienes conocían sus reacciones eran cautelosos, porque  correteaba a los burlones con piedras,  tiraba sin control… e insultaba con palabras fuertes.  
“Campeche tomá la leche…” le gritaban los muchachos…

Calzaba  alpargatas de Capellada y suela de llanta,  levantadas en plataforma propias para la risa. Infaltable con sus cantos y toque de tarro en las festividades del pueblo.

Decían que Fernandito era  una orquesta. Muchos bailaron con sus entonaciones, y estribillos:
¡Viva Chiles Carajo!... Era su grito de combate, con el  cual recordaba su pueblo natal.

El tarro que usaba para acompañarse,  era el mismo de juntar  el agua del puerco en la casa de los Díaz. Pero a la voz de la fiesta… dejaba tirada el agua de puerca,  y salía afanado al jolgorio.

El tarro tenía un boquete por el cual metía  la mano izquierda, y  lo sostenía entre hombro y cabeza.
Su sonsonete  característico era: Ña ña ña ña, el cual lo variaba con tiri tiri, o ñi ñi ñi ñi, y otros sonidos, según su estado de ánimo, o petición de los burlones y  curiosos.
 Algunas veces,  aparecía con Maracas colocadas entre pies, y soplaba una armónica rústica,  de un peine forrado con  un papel.

Luego de las fiestas, Fenandito perdía los tarros…Y cuando se necesitaba el tarro  para echar el agua,  nada…Ganándose el regaño de doña Luz, su patrona…

BLOG: EDWARD BELLOUM. 014.




sábado, 1 de septiembre de 2018

EL TEATRO MUNICIPAL (RECUERDOS DE TÚQUERRES)


EL TEATRO MUNICIPAL:
El cine era una  de las  diversiones de aquellos días…Pero el teatro tenía también sus temporadas de silencio y abandono, durante las cuales no se presentaba nada…

Pasaron varios administradores que hicieron su mejor esfuerzo para recrear a los cinéfilos, y  por llevar las películas del cine mexicano, algunas del cine colombiano, argentino y otras…

Recuerdo películas del Santo el enmascarado de Plata, Cantinflas, “Dios se lo Pague con Arturo de Córdoba”, “Marcelino Pan y Vino”, las de Charros mexicanos, con Luis y Antonio Aguilar…

En  Cinemascope…miramos: “El Diablo a las Cuatro”, la historia de una isla que servía de cárcel, en la cual  hacía erupción un volcán…

Vale destacar a don Ángel Palacios, quien dejaba ver su preocupación por presentar las películas más taquilleras del momento, las cuales promocionaba con rifas, Gancho y concursos…

En su tiempo, se podían ver  las películas  de  taquilla, en Simultanea  Nacional, como: Los Doce del Patíbulo, Los Cañones de Navarone, Puente Sobre el Río Kwait, las  de James Bond, con el famoso Mandíbula,  y otras (En chiste a Jean Nacarina en reparto con Lee Marvin)…

En la  administración de don Ángel Palacios,  el teatro fue remodelado, y hubo cambio de  silletería…Las paredes fueron cubiertas con marcos de  estera,  combinados con pañetes de duela en la parte baja.

Cabe anotar, que las películas las despachaban  desde Cali, y llegaban al pueblo por vía terrestre al paradero  de carros  de Trans Ipiales, cerca al mercado. Desde allí,  el empleado del teatro (Santos…) las retiraba, y las  llevaba en  carreta  hasta el teatro.

En esos tiempos, los episodios de  las películas venían divididos en Carretes individuales de 15 cm. de radio, cubiertos por un estuche de latón donde venía impresos, el nombre de la película, el número del Carrete,  y otros… La película venía empacada en papel encerado impregnado con brea. Una película de 10 o más carretes, podía pesar entre 25  a 40 kilos…

Por su uso, las copias de la película sufrían roturas en la presentación de las mismas, y  venían entonces las rechiflas, y los insultos al maquinista…El público culpaba al maquinista de las roturas o interrupciones por no estar pendiente de los movimientos mecánicos que requería la máquina en los cambios de rollo…

Una vez terminada la presentación, de niños íbamos  donde el maquinista a pedirle los recortes de las mismas, y con ellos proyectábamos cine con una linterna en la pared… Por aquel entonces las películas de sexo eran escasas, algunas eran censuradas, pero ninguna mostraba nada explícito…

En la  entrada, siempre estaba  el Puendo Carlos, el cual no se transaba con nada, y no dejaba entrar pagando menos   valor que el  precio de la boleta…En la taquilla, despachaba  una niña de nombre Rosita…

Comentaban que en acuerdo con el portero, algunos entraban por la puerta de atrás,  y miraban la película por detrás del telón, con el inconveniente de que las películas en inglés y con subtítulos,  aparecían con los textos al revés…

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