EL TEATRO
MUNICIPAL:
El
cine era una de las diversiones de aquellos días…Pero el teatro
tenía también sus temporadas de silencio y abandono, durante las cuales no se
presentaba nada…
Pasaron varios administradores que hicieron su mejor esfuerzo para recrear a los cinéfilos, y por llevar las películas del cine mexicano, algunas del cine colombiano, argentino y otras…
Recuerdo películas del Santo el enmascarado de Plata, Cantinflas, “Dios se lo Pague con Arturo de Córdoba”, “Marcelino Pan y Vino”, las de Charros mexicanos, con Luis y Antonio Aguilar…
En Cinemascope…miramos: “El Diablo a las Cuatro”, la historia de una isla que servía de cárcel, en la cual hacía erupción un volcán…
Vale destacar a don Ángel Palacios, quien dejaba ver su preocupación por presentar las películas más taquilleras del momento, las cuales promocionaba con rifas, Gancho y concursos…
En su tiempo, se podían ver las películas de taquilla, en Simultanea Nacional, como: Los Doce del Patíbulo, Los Cañones de Navarone, Puente Sobre el Río Kwait, las de James Bond, con el famoso Mandíbula, y otras (En chiste a Jean Nacarina en reparto con Lee Marvin)…
En la administración de don Ángel Palacios, el teatro fue remodelado, y hubo cambio de silletería…Las paredes fueron cubiertas con marcos de estera, combinados con pañetes de duela en la parte baja.
Cabe anotar, que las películas las despachaban desde Cali, y llegaban al pueblo por vía terrestre al paradero de carros de Trans Ipiales, cerca al mercado. Desde allí, el empleado del teatro (Santos…) las retiraba, y las llevaba en carreta hasta el teatro.
En esos tiempos, los episodios de las películas venían divididos en Carretes individuales de 15 cm. de radio, cubiertos por un estuche de latón donde venía impresos, el nombre de la película, el número del Carrete, y otros… La película venía empacada en papel encerado impregnado con brea. Una película de 10 o más carretes, podía pesar entre 25 a 40 kilos…
Por su uso, las copias de la película sufrían roturas en la presentación de las mismas, y venían entonces las rechiflas, y los insultos al maquinista…El público culpaba al maquinista de las roturas o interrupciones por no estar pendiente de los movimientos mecánicos que requería la máquina en los cambios de rollo…
Una vez terminada la presentación, de niños íbamos donde el maquinista a pedirle los recortes de las mismas, y con ellos proyectábamos cine con una linterna en la pared… Por aquel entonces las películas de sexo eran escasas, algunas eran censuradas, pero ninguna mostraba nada explícito…
En la entrada, siempre estaba el Puendo Carlos, el cual no se transaba con nada, y no dejaba entrar pagando menos valor que el precio de la boleta…En la taquilla, despachaba una niña de nombre Rosita…
Comentaban que en acuerdo con el portero, algunos entraban por la puerta de atrás, y miraban la película por detrás del telón, con el inconveniente de que las películas en inglés y con subtítulos, aparecían con los textos al revés…
BLOG: EDWARD BELLOUM. 014.
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