miércoles, 26 de febrero de 2020

IRENE (Relato)

IRENE.
Dijo llamarse Irene, la conocí una noche de tragos y juerga, trabajaba como bailarina en un Club Nocturno.
Esa noche, como otros beodos, coloqué un billete grande entre sus senos, por lo cual, ella me dio una tarjeta con su nombre y teléfono.

Nunca pensé llamarla…Pero una tarde de pasión, marqué a su número, y del otro lado, me responde una voz complaciente.
La invité a tomar algo, y a cenar.
Dijo: -Complacida, me buscas a las cinco en la portería del edificio Monserrat.

En la Portería, el Vigilante me dice:
-Usted el quinto caballero que hoy busca a la damisela.

Tomé asiento, y comencé a mirar para ver si descubría a mis rivales…
En un momento, sale ella del Ascensor luciendo ropa deportiva.

Me mira, y me levanto a encontrarla. Le dije que quería invitarla a cenar a un buen restaurante, a tomar algo en un Disco Bar de moda.
-Complacida, respondió…

Luego, fue hasta donde mis rivales, y supongo, que a cada uno le dio cita para los días siguientes.
Volvió sonriente, y me dijo:-Bajo en 20 minutos.
Tomé asiento de nuevo. Mis rivales se fueron, y pensaba en lo que me costaría la salida.

Dinero era lo que había, los negocios iban bien, sería una relación corta, o de un rato, y luego el olvido.
Estaba absorto en mis pensamientos, cuando escuché su voz que me decía: Lista Caballero.

Miré a la mujer, ciertamente era atractiva, tenía un aire de modelo, y un porte de fina dama.
Camino al parqueadero, le platiqué al oído que lucía linda. A lo cual responde: -Tú también me gustas papi.

Nos acomodamos en el coche, y mientras conduzco le hago unas preguntas personales, quería saber si tenía hijos, esposo u otros familiares cerca… Respondió que solo amigos de conveniencia, y que esta, era su noche libre.

Compartimos la cena, luego fuimos a un Disco Bar donde bailamos enamorados.
La velada era atractiva, y prometedora.
Besos van, besos vienen.

La noche siguió, y terminamos en mi apartamento.

El encuentro se nuestros cuerpos fue especial, vino el reposo...

Abro los ojos, y miro el apartamento vacío.
Concluyo que me drogaron…


BLOG: EDWARD BELLOUM.020.

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