jueves, 3 de marzo de 2016

EL PÁLIDO (Relato)


EL PÁLIDO


Le decían el Pálido, era un señor elegante, y  de aspecto misterioso, que cuando llegaba a las sastrerías de la cuadra,  saludaba a todos de manera efusiva,  pero nunca daba la mano.

Hablaba  de cosas, relacionadas  con  los  gobernantes, con el comportamiento de la gente, y  con los  fenómenos naturales.
Nunca lo vimos  comer, o  beber…

No era un ningún espíritu…Pero nadie supo donde vivía…
Se lo miraba aparecer o llegar, pero nunca irse…
Llegaba, conversaba…y cuando nos entregábamos al quehacer, echábamos de ver,  y ya no estaba…
Algo raro sucedía, cuando este  lanzaba una mirada a las frutas… Al rato, envejecían… como si el hombre, les hubiera absorbido solo  su  esencia…
Vestía  trajes de color  claro, cubría su cabeza con gorras, y zapatos del mismo color…
Lo recuerdo,  por la ligereza con que movía sus manos mientras hablaba…o  por la fragancia de rosas,  que usaba como loción...

Cuando le preguntábamos, de dónde era, decía: Soy  de cualquier lugar, y más,  de donde los pueblos están en  conflictos.

Decían que apareció,  el mismo día que el poeta  Presidente, se posesionaba en su cargo, en  Colombia  en el 82…  Y que  desapareció, días antes de la toma del Palacio de Justicia…

 Los primeros días, de septiembre del 85, retiró un traje, en el taller de Guillermo… y desde ese día,  nadie volvió a verlo.

Sucedía algo raro con las medidas de la ropa…todas, eran  rectificadas, porque siempre fallaban.
En ocasiones,  su tórax medía 108 centímetros,  y otras 90; las mangas de sus pantalones a veces medían l05, y otras 115…A veces, se  lo veía gordo, y otras flaco; a veces, parecía grande, y otras, pequeño.
Tenía el aspecto de enfermo, pero era brillante. Manejaba la palabra de un sabio, sabía  tantas cosas, que nos dejaba asombrados…

Decían que su palidez, se debía a: leucemia, hipoglucemia, raquitismo, o anemia…
Cuando llegaba a la sastrería,  se paseaba de un lugar a otro… Nunca estaba quieto o callado, siempre en movimiento,  y siempre hablando de cosas increíbles…
Decía,  ustedes lo verán: Hombres de su  gobierno,  ofrecerán,  trabajo a los jóvenes, y  luego,  los harán aparecer muertos,  vestidos de insurgentes…
Ustedes lo verán: Los enamorados,  regarán ácido en la cara de sus parejas,  para que nadie las pretenda.
En el próximo siglo, los politiqueros venderán un río en la Guajira, y a causa de esto,  exterminarán a un pueblo…
Nadie  conoció a  su esposa, hermanos, o hijos... ni supimos  su nombre… En los libros, aparecía: Como el Señor X.

Guillermo fue el  último que lo vio.  Cuenta: Que alguien  llamó  a su puerta a  hora temprana, que se levantó a mirar quién era, pero  que no vio a nadie;  pero que los golpes, se seguían escuchando.
Que cuando  abrió  la puerta,  miró al hombre que lo saludaba, y le comentaba,  que iba a retirar la prenda, porque tenía que viajar a la capital, donde  trataría de buscar una entrevista con el poeta Presidente, para hablar sobre un hecho desastroso que estaba por ocurrir…
Que el hecho a ocurrir,  se trataba de  un genocidio, y que si él podía evitarlo,  SERÍA EL TRIUNFO DE LA RAZÓN,  SOBRE LA IMPIEDAD...
Ustedes lo verán, decía: En un país  vecino,  llegará al poder un Coronel, que nacionalizaría  el petróleo, y en sus ínfulas de poder, dirá que es  la reencarnación de Bolívar…

Quienes miraron los hechos del Palacio por televisión, contaban: Que primeramente,  miraron al hombre en pantalla,  pidiendo a gritos la negociación del conflicto…Y que en otras imágenes,  aparecía sacando del palacio, al hermano del presidente…
 En otras, lo miraron  cargando heridos y  tirando camillas…o que aparecía,  poniendo el pecho a las balas de los cañones… Pero que luego,  de los dos primeros días del conflicto, no  volvieron a verlo…
Desde hace  poco, a principios  del 86, apareció en el parque contiguo a la cuadra, una estatua muy  parecida a la del hombre pálido…
Lo raro de esta estatua,  es que cuando hace sol,  parece translúcida, y cuando el  viento la toca, da la impresión, que las manos de la estatua, se mueven como aspas…

Desde hace días, una fragancia de rosas invade toda la cuadra, y en el parque, donde antes no crecía nada, ahora es un jardín,  donde se abren rosas,  en todas las formas y colores.

Lo raro,  es que la estatua presenta un hueco a la altura del pecho, como si una bala de cañón la hubiera atravesado…

Cuando llueve, la estatua toma colores, parecidos al blanco, que era el color de sus trajes…Y en las  mañanas, y  en los atardeceres de luz, se mira que el sol pasa a través del  hueco de su pecho, y al rato, comienzan a mirarse:  Danzas de todos los colores...
Edward Belloum. 016.

Foto: Tomada de la Red.

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