viernes, 28 de octubre de 2016

LIBRO DE ARENA. EL LIBRO QUE BORGES ABANDONÓ



EL LIBRO QUE  BORGES ABANDONO

Pasando por la calle México en Buenos Aires, sentí ganas de entrar en la biblioteca. El aviso de horario en la puerta,  me decía que me sobraba tiempo para echar una ojeada.

En la biblioteca,  me llamó la atención  la luz que entraba por las filas de ventanas ubicadas en lo alto de la edificación de arquitectura victoriana. Pude mirar de simple inspección, que había tres niveles definidos para la atención al público, y  que al comienzo de cada nivel había  módulos de información, atendidos por  empleados que vestían blusa de color gris.

Fui pasando por varios anaqueles,  terminando en el lado derecho del vestíbulo del primer nivel, y me sentí tentado a bajar por una escalera curva que llevaba hasta el sótano donde  estaban los de periódicos y  mapas.

 Pensé que podía echar un vistazo, y  bajé al lugar. Noté que en el ambiente se respiraba algo de humedad, y que no había empleados o guías en ese lugar…

Busqué por fecha los periódicos, y me ubique fácilmente en la época de los ochenta  entre los meses de  marzo y abril del 83. Saque los legajos, y  a simple vista aparecían imágenes de guerra con títulos que decían: Mercenarios  Angoleses en la guerra de las Malvinas…Usaron Visores nocturno. Colombia el Caín de Latinoamérica…y  otros…

Seguidamente,  miré  un libro en el fondo del anaquel de donde había sacado los periódicos. Dejé los legajos sobre la mesa, y  traté de tomar el libro para ojearlo… me sorprendió su peso. Quise desistir, pero la curiosidad venció la duda,  y haciendo algún esfuerzo logré tomarlo en mis manos.
Pasé a  examinarlo,  y confirmé que sería tal vez del siglo XIX, tenía encuadernación en tela, y en la portada  se leía: Hol…Wri… y abajo Bomba… se miraban espacios que presentaban borrones e inconsistencias, y letras que no se distinguían…

Cuando leí la palabra bomba, creí que se trataba de un libro de física o química, u otro, y comencé a abrirlo cuidadosamente…  El libro despedía  humedad, y tuve  temor a que se deshojara…

Aparecían signos en  otra lengua,  y grabados.  Pensé luego,  que se trataba de un libro de magia…: “En el ángulo superior de las páginas había números que señalaban de pronto la página, pero no coincidían con  la secuencia de las páginas par, o impar. 

“Digamos 40.514 aparecía en la par, (números exorbitantes para las páginas de un libro),  y en la impar, el 999. Aplicando elementos de descomposición de Cábala común, sume las cifras entre sí,  y el resultado de la descomposición era: 5 y 9; y la suma y resta de las cantidades por descomposición también era: 5.

Supuse que había alguna coincidencia, o  que ameritaba investigar más... Volví  el libro por el dorso, y  se distinguían  ocho números. Con base a esto, se daba  otra coincidencia  con la cantidad de números  que aparecían en  las páginas, los cuales sumándolos  también daban ocho. Luego miré que en la parte baja había un pequeño dibujo, como es de uso en los viejos diccionarios: “un ancla dibujada a la pluma, al parecer hecha  por la torpe mano de un niño”.1

Cerré el libro, buscando sentarme para mirarlo detenidamente…
Al volver abrirlo, miré un libro de hojas vacías, lo cerré nuevamente, y sostuve el libro extrañado con el lomo hacia arriba…
Pensé que alguien me quería jugar una broma. Luego de un momento, volví  a abrirlo nuevamente, y esta vez miré algunos grabados que ilustraban los viajes de un marinero y otros.

Jugando al abrir y  cerrar… y a pesar de haber señalado la página donde aparecía el marinero, no la encontré, sino que en la página aparecía el grabado de una mujer con rasgos de una reina de la época victoriana… para mi viveza y oportunidad, me dije: Esto es espectacular o propio para tomar el pelo… y me imaginaba gastándoles bromas o adivinanzas a mis amigos y familiares…

 Comencé a mirar por los lados del sótano, y luego  hacia arriba para ver si alguien me miraba. Mi intención era guardarme  el libro,  y sacarlo de la biblioteca…e ir al hotel, para revisarlo  con  cuidado.

Mirando que nadie me veía, tomé el libro  y lo deslicé con rapidez  en el bolsillo interior del gabán,  al tiempo que tapaba el frente con los periódicos, por si alguien me mirara. Estuve unos momentos más mirando los periódicos, los volví al lugar, subí la escalera mostrando despreocupación…al rato, salí de la biblioteca.

En el camino al hotel, miré hacia atrás,  para ver si alguien me seguía…No miré nada sospechoso. Cuando llegué, fui directamente a la habitación y me dispuse cómodamente  a mirar el libro nuevamente.

No conocía mucho de libros, pero sabía que el ejemplar que tenía en mis manos era raro,  y desde ya me metía en un mundo de paradojas, misterios y situaciones extrañas…en ese momento,  era como si tuviera en mis manos,  la lámpara maravillosa, o algo parecido.

Abrí el libro,  tratando de buscar un índice o un final, pero nada, aparecían hojas y hojas de grabados que me remitían a otros grabados.

En el principio, y final,  aparecían ahora formas de animales como dragones y serpientes que se comían la cola, luego un árbol en medio de un bosque y una pareja de humanos que se escondían con vergüenza detrás de los matorrales, pero no había descripciones…

Quería seguir a la página siguiente, y no me permitía… tenía que esperar largos momentos hasta que me permitía abrirlo nuevamente. Pensé que el libro era un problema, porque no se prestaba para seguir un tema determinado, peor para hacer un juego, era como si tuviera vida propia…

Me incorporé dejándolo en un estante de la habitación, y salí del hotel con la intención de almorzar,  y de ir a algunos lugares de la ciudad que me faltaban por visitar.

Regresé al hotel al anochecer, luego de pasar por la habitación mirando el libro, y lo demás…y comprobando que no había novedad, me metí al baño. Luego,  salí a tomar algo caliente.

Regresé a la habitación, y en comodidad, encendí la televisión, y tomé el libro nuevamente, y me metí en la cama. Noté que el programa hablaba de un hallazgo hecho en unas cuevas en el Medio Oriente, sobre unos pergaminos relacionados con el Nuevo Testamento…
 Cuando imaginé la palabra pergaminos, el libro se abrió solo…me quedé pensando, y  traté de comprender, que tal vez  el libro funcionaba o respondía al pensamiento, o a las ideas que se  tuviese el lector al momento.
Miré las páginas que el libro mostraba, y pude ver  escenas de lo que supuse  eran guerras y conflictos de Roma en el periodo de los Césares...  Las páginas pasaban solas, y a manera de película me iban mostrando diversos contenidos, era como hacer un viaje en el tiempo y mirar desde la barrera,  hechos y sucesos…

El tiempo pasó… Desperté con el toque en la puerta, y una voz que decía servicio  de aseo… Eran las 10 de la mañana del día siguiente. Noté que el libro estaba cerrado tirado en el piso, y la televisión encendida.

Me levanté, guarde el libro entre la valija de mano, y me metí al baño. Recordé que debía confirmar mi pasaje de regreso a las 4 P.M. Y tenía solo el tiempo preciso para comprar algunos detalles de viaje, almorzar y luego dirigirme al aeropuerto.

En la tranquilidad del avión, comencé a rememorar las historias que me mostraba el libro, y a confrontarlas…No sé, al tiempo que tenía claridad, el futuro se me presentaba  confuso e incierto…No sabía si creer o no creer en las imágenes que había visto en el libro, pero todo me parecía lógico y acertado.

De las cosas más triviales, pude ver en las imágenes que me mostraba  el libro, que mi esposa salía con otro hombre, de lo cual ya tenía algunos indicios, pero no había querido prestar importancia. Pero las páginas del libro me confirmaban los detalles... De seguro que cuando llegara, pediría algunas explicaciones, pero cuando  lo hiciera,  mi matrimonio acabaría…

En cuanto a datos históricos pude ver que el cristianismo se inventó la historia de un nuevo dios, como también sobre el hecho de las divisiones de grupos motivadas por distintas posiciones e interpretaciones sobre el sentido de las enseñanzas…
Otros indicios, mostraban a Jesús no como dios sino como profeta o enviado, enseñando el camino de regreso al paraíso…

No hubo tal muerte ni resurrección de Jesús, a quién tomaron preso fue a uno de los apóstoles llamado Juan que tenía un cierto parecido con Jesús, y mostraba, que fue a este al que crucificaron…Y entre otros, los apóstoles no fueron doce, hubo muchos Pedros, Juanes, Santiagos y otros, y tenían rasgos parecidos, de aquí la confusión…

Sabía que el libro era mágico, y no sabía qué  haría con él…Lo cierto,  es que renunciaré a mi cargo de representación en el gobierno por los sucesos que se avecinan, en los cuales el presidente, y toda la mesa de gobierno quedará en entredicho por el asesinato de los jueces…Se inventarán la disculpa de un posible Golpe para despistar a los incautos… Sin matrimonio y sin cargo, partiré fuera del país, y buscaré vivir de las inversiones  en el extranjero…

Efectivamente…a mí llegada se suscitaron ciertas discusiones con mi esposa, que condujeron a la separación…Vinieron algunos puntos y  acuerdos, y en cinco días, ya  estaba preparando los pormenores de mi viaje.

Busque el libro entre mis cosas para guardarlo en las valijas, y no apareció…

Preguntando a la encargada del servicio, dijo: Que mi esposa había regalado algunas cosas viejas que había encontrado en la habitación, para el reciclaje…

Notas:

1.- Borges. Libro de Arena. El subrayado es nuestro.
-Cuento basado en el Libro de Arena del mismo Autor…

EDWARD BELLOUM. 014.REV.016.

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