PAPA GUILLERMO
Luis
Guillermo Delgado, sin más apellidos, así es como se identifica el distinguido personaje.
Lo conocí por allá a comienzos de los años Setenta, cuando en los fines de semana, se acercaba por el Barrio Lorenzo en Pasto, y con gran facilidad
de amigazgo y convencimiento organizaba
partidos de Voleibol entre los jóvenes desocupados
que se reunían en las esquinas, cerca de la cancha de fútbol, sin tener nada qué hacer.
Ciertamente,
el interés que mostraba don Luis
Guillermo, era el de buscar prácticas sanas entre los jóvenes por medio
del deporte, y de prevenir los comportamientos insanos de la droga, que por
esos días, y por la influencia del hipismo, ya comenzaban a tomarse como prácticas en la juventud.
A todos, sin discriminar nombre nos decía “Juanitos”, y
los juegos que él organizaba resultaban realmente sanos, fuera de ofensas, y de palabras subidas de tono... Cuando Don
Guillermo no iba los fines de semana, no había juegos. Los jóvenes fuera de
alguna actividad sana, nos dedicábamos a perder el tiempo sentados en las
esquinas, planeando y ejecutando mil pilatunas, algunas inusuales, y por
cierto peligrosas.
Pasó el
tiempo, unos y otros crecimos, partimos a otros lugares,
cambiamos de barrio, formamos familia... Volví a encontrar a don
Guillermo por el año Noventa y cuatro en el Parque Infantil, allí también
promovía el juego de Voleibol entre los asistentes. En otras, me llamó la
atención mirar cómo algunos jóvenes
cuando lo saludaban o lo encontraban en la calle, le colocaban las manos para que les diera la
Bendición. Don Guillermo, se había convertido por su naturaleza cordial y
amiguera en el “Papá Guillermo”.
Encontrar en esta época a jóvenes que pidan la
bendición colocando las manos, me pareció fuera del común. Y según el “Papa
Guillermo”, y por comentarios hechos por
los propios padres de los jóvenes, ni a ellos con ser sus padres los jóvenes
les pedían la Bendición…
Y a él se la pedían en las calles o en cualquier lugar donde lo encontraran sin mostrar
vergüenza de ninguna naturaleza.
Pero no sólo
los jóvenes y niños son los “hijos” de Papá
Guillermo…Y él mismo lo dice: Tengo hijos ingenieros, abogados, profesores… gente madura
que se acercan para pedir la
Bendición: Unos por simple saludo, otros para que les vaya bien en el trabajo,
en los viajes, o en los negocios… Otros,
los agüeristas, se acercan y lo buscan los
fines de año, para buscar o recibir los beneficios del Año Nuevo.
Músico de
tradición, Sargento Mayor del ejército en Buen
Retiro, casado por lo católico y practicante
devoto de la misma religión, devoto del
Señor de los Milagros y de la Virgen de las Mercedes, Conservador por herencia
y convicción, e infaltable asistente de misa de Diez los domingos en la Catedral.
En su vida musical
y artística: ha sido Integrante del Grupo folclórico “América Canto”, del cual se retiró desde el 2012 por problemas de
salud. Participante y ganador de varias
Condecoraciones en el Festival del “Mono Núñez” en la modalidad de Música
Regional…
Una anécdota
que contaba con relación a su matrimonio es la siguiente: Sus superiores en el
ejército lo felicitaban por haber conseguido para novia y esposa, a una mujer elegante y buena moza, lo cual
ninguno de sus compañeros pudo hacerlo, y fue con ella, con la cual contrajo el Santo Sacramento, más la fatalidad
hizo que esta lo dejara quedando viudo a la edad de 64. En el momento comparte
su viudez con otra dama…
Volví a
saludarlo en febrero del 2014, cuando contaba que tenía 85 años cumplidos, y
conservaba por ese entonces, plena lucidez en sus facultades, y se movía sin
ayuda de bastón u otro. Constante e infatigable saludador de sus vecinos de la
calle 16 entre carreras 25 a 27 donde reside, y ojeador de revistas y el Diario
del Sur en un puesto de revistas cercano a su vecindad, sigue mostrando
cordialidad, y cumpliendo con sus santas obligaciones y costumbres… ¡Saludos
Papá Guillermo! ¡Écheme la Bendición!...
Blog: Edward Belloum.014.
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