domingo, 12 de abril de 2015

EL MISIONERO II (Relato)

EL MISIONERO II
Apareció  un día con una Biblia bajo el brazo, no paré bolas…pensé que era otra de sus exploraciones espirituales… otra de sus búsquedas por encontrar respuestas a la vida. Desde hace unos  meses, me dijo que estaba estudiando la Biblia con un grupo de “cristianos”, y  por la propaganda y los folletos que encontré en su escritorio, me di cuenta que era con otro grupo distinto al anterior.
Pensé que eso de andar de grupo en grupo, no revestía  mayor peligro… En mi interior, aprobaba de que él estuviera metido o asistiendo a uno de esos grupos, por aquello del control de los vicios y de los instintos. En mi juventud, también fui  buscador de aquellas “verdades”, que aunque no se me revelaron, me dejaron recuerdos y prácticas valorables… Pensé que lo mismo sucedería con Esteban, el hijo mayor.
Por aquellos días estaba cursando el 11° grado, en un prestigioso colegio de la ciudad de orientación católica de calendario “B”;  y como era natural, Esteban  no participaba en las actividades que tuvieran que ver con ritos o similares del colegio, e incluso en clases, según los sacerdotes y profesores, discutía   los preceptos religiosos, como: El monoteísmo, la unicidad de dios, la  Eucaristía, el Misterio de la Santísima Trinidad, la Confesión, el misterio de María…entre otros;  lo cual para los santos sacerdotes,  resultaba  incómodo y alarmante…
 En principio,  esto tampoco me preocupaba.
Un día me citaron al colegio,  y frente a Rector y Comité Académico, el director de grupo me comunicó a manera de ultimátum: Que la estancia de nuestro hijo en el colegio, se constituía en un peligro y un atentado. Que por su  desobediencia  y desinterés en participar en los ritos obligados de la Santa Iglesia se había convertido en un problema. Que  sus discusiones sobre las santas doctrinas, y la forma cómo tomaba las enseñanzas, resultaban  un mal ejemplo para el resto de sus compañeros, y un  hecho de rebeldía  para el resto de “piadosos” estudiantes… y que dadas esas penosas circunstancias,  lo mejor era retirarlo.
¡Retirarlo!  Dije, alterado… ¿Pero si  es  último grado?
Les hablé algo sobre la libertad de cultos… (Por aquellos días no regía aún la Constitución del 91), y  solicité que antes de tomar una decisión, me permitieran tratar el asunto con él en casa… Y agregaron: Varios de sus compañeros,  y alumnos de otros grados ya lo siguen y quieren parecerse a él en sus actos de indisciplina…Les respondí con alguna burla,  y en palabras de bajo tono: Lo mismo que al Nazareno…
En casa,  tuve una charla con Esteban sobre lo que me dijeron los directivos, y le hablé sobre la posibilidad de que le bajara el fuego a la discusión en clases;  y que en los actos de participación religiosa no fuera tan notorio, para que los otros estudiantes  no se sintieran influenciados… De primera línea,  Esteban no aceptaba nada, y  discutía todo con su libro en la mano…Valiente discusión, yo sin nada y él con una arma en su mano…
Como sea, reprimido por las políticas del colegio, por los Curas Represivos, y  los Profesores Santurrones… terminó el bachillerato, y no quiso hablar de la posibilidad de cursar una carrera universitaria…
Cierto día (visitando a Esteban), me comunicó,  que viajaría a Florida U.S.A. a una asamblea internacional. ¿Tan lejos te vas…? -Le dije en tono de burla.
La información sobre su viaje  no causaba sorpresa,  hacía dos años que se había  bautizado, y había asistido a varias asambleas dentro y fuera del país. Estuvo en Ecuador,  Perú,  Argentina,  Costa Rica, y en muchas ciudades de Colombia, y según algunas certificaciones y esquelas de representación que había leído, Esteban era un Misionero de tiempo completo, con asignaciones de tiempo y responsabilidades, aun  dentro de las mismas asambleas...
Para los viajes, Estela  le ayudaba  con  su dinero…Luego de una semana, Esteban había llamado, y le había comunicado,  que no podría volver hasta después de tres meses, y que posiblemente para principios de diciembre estaría de vuelta…Además, le había dicho que se encontraba bien, que estaba gestionando algunos papeles oficiales para su residencia en USA, , que tenía novia… y  consecuente con esto, estaba perfeccionando su inglés, y  lo más importante, había terminado satisfactoriamente, varios niveles de estudio bíblico.
A mediados de diciembre regresó de la Florida con esposa a bordo. Margareth era neoyorkina criada en la Florida, y hablaba español de manera clara y entendible. Aunque no era muy comunicativa, era agradable saludarla, y cruzar algunas palabras con ella por el acento…
Algún día comentamos algo sobre porqué en casa de mi hijo, era yo sólo un visitante, y  me dijo: que ella también venía de un hogar de padres separados… Alguna vez, compartimos algo en la mesa, y le pregunté cómo había ingresado al grupo…A lo cual me respondió secamente que había sido un llamado del Señor… Como pareja, ellos tenían muchas asignaciones de tiempo completo en su trabajo de misioneros, por lo cual siempre andaban afanados. Mirándolos juntos, me decía: Hacen buena pareja… Esteban como Margareth,  era de piel clara y cabellos rubios.
En agosto del 89,  supe que Esteban viajaría con su esposa a una asamblea o reunión importante en Panamá…pero que primeramente irían a la Florida a visitar a los familiares de Margareth, y que luego regresarían a Panamá…
Preocupado le dije que Panamá pasaba por momentos difíciles, y que según informaciones: la “Toma” o golpe del país por U.S.A. eran inminentes. A lo cual me respondieron, de que no deberíamos preocuparnos, ya que ellos eran gente de dios, y que nada tenían que ver con los conflictos de política de los países…
Dentro de los días siguientes, planearon y dispusieron los preparativos para el viaje. Con Estela los llevamos hasta el aeropuerto, y desde lejos miramos como el cuerpo del avión se los tragaba como una ballena… Y  en vuelo, se perdían en horizonte entre una  tristeza incomprensible.
Mis sueños por aquellos días,  eran de abismos sin salida, caminos sin regreso, ropa que se perdía en corrientes tumultuosas y violentas…Ruidos de música estridente que robaba el sueño de las aves, y como en Jericó,  estremecía las puertas y los muros de un edificio religioso… Guardé mis comentarios sobre los sueños, nada de esto, comenté con Estela.  
Pasaron quince días desde su viaje, y Estela me llamó  preocupada, diciéndome: Que no entendía por qué Esteban no se había comunicado. Yo le respondía,  que estuviera tranquila, que en los siguientes días lo  haría…
Muchas  veces   quise comentar  los temores  de mis sueños a Estela, pero callaba…dejaba solo,  que un nudo fuerte y amargo me oprimiera   la garganta. Lo cierto,  era que desde que  Esteban regresó de la Florida, casi ni hablábamos, nuestras conversaciones se remitían a un simple saludo, o a  comentario casual de alguna noticia. Otras veces le preguntaba sobre su ministerio, y él respondía secamente que bien.
Entendía que aquel no era el hijo o persona  que yo  acostumbré a tratar. Se mostraba más callado,  de pronto por la responsabilidad de tener esposa…Antes de estar en el grupo,  era alegre, recursivo con un detalle o comentario de interés, el cual siempre lo matizaba con algo de humor.  Más atrás, era un chico  afanado,  y buscado por amigos de rumba y  fiestas ocasionales;  preocupado por  los paseos y la moda…
En los últimos días, era un tipo frío, casi sin emociones, pegado siempre a sus horarios de trabajo o misión, igual su esposa. Pero en ella,  era comprensible por ser extranjera… Alguna vez pasé por ellos para recogerlos en su iglesia, y pude notar que entre la gente de su congregación,  su comportamiento  era  distinto,  que al que mostraban en la casa… Sin acercarme mucho, pude notar que entre ellos sonreían, y que hacían algunos chistes… Pero dentro de la familia,  su trato se remitía solo a lo  necesario... Un trato seco y nada cordial.
Pensé incluso, que hasta  pronto  nos despreciaran, porque no profesábamos sus mismas creencias, y sentía que nos miraban como bichos raros, o como decían ellos, para ellos,  éramos  almas inútiles y mundanas,  propias para la destrucción del Armagedón, ya que según decían solo ellos serían salvos…Salvos de qué –les replicaba.
Alguna vez,  Margareth me  preguntó que por qué no me había  acogido la fe. Le respondí que por divergencias de caracteres. Le hice notar claramente que no estaba de acuerdo con la creencia que ellos tenían acerca de que Jesús como persona… Sobre el punto de la resurrección, sobre la aparición invisible de Jesús en 1914, o sobre el aspecto de la resurrección, y del Nuevo Reino…bases  supuestas de sus creencias…
Margareth, diestra en el manejo del libro como todo bíblico, me contestaba  mostrando algunos versículos  para que yo mismo leyera…En otras le dije, que no era por desprecio a lo extranjero, pero que no me gustaba,  que la Sede Central de la iglesia a la que ellos pertenecían, fuera norteamericana...
Ella me dio  explicaciones,  que dejaban muchas dudas al respecto... Seguidamente anoté: -la Biblia que ustedes  utilizaban,  tiene muchas adiciones de palabras y acomodos…
Entre comentarios,   dijeron que cuando volvieran de Panamá, tomarían un apartamento cerca del salón de reuniones donde  estarían  más cómodos, pero, si  acaso los asignaban a esta ciudad…por la cuestión de estar más cerca de  sus hermanos, y otros…
De cierta manera, le hicieron entender a su madre,  que no se sentían cómodos viviendo con ella y sus otros hermanos. Dos días antes de su viaje, les dije que desistieran de ello, por el conflicto, y que no entraran a Panamá si este persistía…Por primera vez, Margareth en la frialdad que demostraba, entendió  nuestras  angustias, y dijo: Para estar en paz es necesario  tener un estudio de la Biblia…Yo  le comenté que nuestra preocupación tenía sus razones ciertas, y que si viajaban a ese país,  se iban a meter en la boca del lobo… Ella nos contestó que Jehová siempre los protegería y  leyó  apartes  del Salmo 23. 
Pasaron los días…y el calendario marcaba 5  de noviembre.  Estela me comentó que por una comunicación que tuvo con Esteban,  que se había enterado que  ese mismo día estaban listos para partir al aeropuerto,  y viajar desde Miami a Panamá, y que cuando estuvieran instalados la llamarían nuevamente… 
 Cinco de diciembre…  No se sabía nada de ellos. Estela dijo  que tenía un extraño presentimiento, y que sus sueños eran angustiosos… que miraba a Esteban cayendo al vacío  sin que ella pudiera hacer nada para salvarlo.
Que otras noches  había soñado: que Esteban era torturado, y que lo  colocaban en una fosa sin nombre…
Yo solo escuchaba,  pero no hacía comentarios al respecto…
Dentro de toda la angustia del caso, pasaron  fiestas de fin año,  y   días de Carnavales... Estela dijo  que había cotizado un viaje a Panamá.  Le contesté que se asesorara bien al respecto, y que para adelantar o tener otra información, sería conveniente ir a hablar  con los representantes  de la Congregación en la ciudad.
Acordamos ir a la sede de la congregación  el  sábado siguiente en horas de la mañana.  Nos recibió un pastor norteamericano, a quien luego de comentarle nuestras preocupaciones, nos dijo: “Tener tranquilidad, que misión bien, pareja bien…Comunicación con país,  Panamá, mucha interferencia...”
Le respondí que no era normal tanto silencio. El pastor respondió con  letanías: “Caminos de dios ser perfectos,  nada malo suceder...” -Le repliqué  alterado, que sus palabras no me convencían… y que si tenían una información válida  nos la hicieran saber…
Abandonamos el lugar entre ojos de asombro de los miembros de la congregación,  quienes  miraron gestos,  y escucharon  palabras subidas de tono…impropias para el lugar…
Luego de los  trámites legales,  Estela viajó a Panamá en los primeros días de abril. De la Toma  habían transcurrido tres meses…Desde Panamá, me comunicó que pese a todos los intentos  y las averiguaciones, no había logrado saber nada de los muchachos…
Dijo además, que en una de las Gendarmerías,  le habían insinuado que debería dirigirse a la Florida para buscar más  información, porque de la pareja que buscaba, no había rastros de que hubieran entrado al país…
Se dirigió a la Florida,  con alguna referencia de la dirección de los padres de Margareth,  y contando con la  ayuda de un abogado latino contratado de la rama de emigración, averiguaron en distintos lugares, pero nada… Nada  sobre la dirección de Margareth y de sus padres.  Sobre el asunto de Panamá, y la Toma…Allá, también completo silencio…
Volviendo  de los Estados Unidos,  Estela entró nuevamente a Panamá  para mirar si algo nuevo había aparecido…Nada. Dentro de las limitaciones del caso, agotó  los medios posibles para dar con el paradero de Esteban y su esposa…Luego de cuatro días, fui a recibirla al aeropuerto de la ciudad, se mostraba agotada, demacrada y enferma…
 Todo fue inútil decía destrozada…En momento de ira y dolor, volví a la sede de la congregación, y les vacíe mi tazón de reproches y reclamos, en medio de una reunión de fieles…
Lo único presumible y cierto,  es que los muchachos fueron confundidos,  presos, y capturados…Tomados de pronto  como espías,  por el gobierno de Panamá,  y  luego,  los desaparecieron en la trifulca…Out Tú Panamá…
-Fotos que hacen Referencia a la Toma de Panamá.

Blog: Edward Belloum. 92.

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