EL CESAR PACHAJOA
RELATO COSTUMBRISTA DE NARIÑO, SUR DE COLOMBIA.
Iran cumu
eso de las ocho de la noche, cuando la Juana me dice:
-Toño tomá los dos Cinqueñas para que vayas a
comprar la leche de la guagua…
Cogí la ruana, me alisé los pelos, me puse el
sumbrero y salí para la tienda, no había avanzado un tantico, cuando: ¡Zuaquete! Dos mal incarados me jalaron de la ruana, y
me tiraron al piso.
El más
grandote se me abalanzó como toro, y me
tapó la boca, y me machacaba, y me daba cuezcos, como si yo fuera un tiesto…
Y el otro, me metía las manos en tudos los bolsillos, y dice:
-Este
disgraciado no tiene más que dos Cinqueñas, y un pañuelo sucio…
Y el
grandote dice: túmbele los zapatos que
parecen nuevos…yo me llevo la ruana y el sumbrero…
Y sin más, los tincarados me cogieron a pata, y criamelo, que casi mi hacen vumitar por un
gulpe que me dieron en los riñones…
Y gulpeado y
todo, me paré adulorido… Y pa´ colmo, en seguida se desgrana un aguacero de Taitico
mío….casi a rastras, volví a la casa,
para contarle lo sucedido a la Juana.
Ella siempre
tan brava, y apenas llegando, me dijo: apuráte con la leche Toño qui la guagua
está llorando, pero cuando mi vio sin zapatos, sin ruana y tudo golpiado y
mujado, me dijo: -¿qui te pasó…?
Yo le conté lu ucurrido, y ella sin perder
tiempo, cogió la varilla de trancar la puerta, me puso las alpargatas viejas,
me jaló de los brazos, y me dijo: andá mostrarme quiénes son los digenerados…
Temblando de
frío y de miedo, caminé jalado por la Juana en busca de lus furagidos…
Subimos por
la Panadería, nos mitimos por el Churo, salimos a la 20 de Julio, y nada qui
mirábamos a los ladrones, y cuando ya nos divolvíamos… miro a los malos, in la misma isquina de la Estación…
El uno bien campante, estaba puesto mi sumbrero y mi ruana, y el otro metido en
mis zapatos, gastándose las dos Cinqueñas, en una cantina cerca del Molino Rojo.
Y le dije a
la Juana: -¡¡¡ Esos son los saltiadores ¡!!
Y la Juana
se abalanza contra
los facinerosos, y les dio tremenda mueda, de varilla e insultos, los arrastró de los pelos, mejor dicho, para qué les cuento:
Se los puso de ruana…
Luego les
quitó todo lo qui me habían rubado, y los dejó revulcándose en el piso, aduluridos y
arripíentiendose, pidiendo a la Santíma Trinidad, que por favor no les haga más daño…
Luego dijo: tomá chucha tus cosas, cugé vulvamos
rápido qui la guagua debe destar llorandu, vámosos rápido, también les quité las dos Cinqueñas para la comprar la leche…
Y jalandume nuevamente me llevó casi a rastras a la casa…
Esa es la
historia de mi Juana mi compadre… Y qui muchos me la envidian, y me la quieren quitar…
… Y párele
allí, que la Juana es solo mía…
Y ustedes deben de enteder: Qui lo que es del César, es solo del César
…del Césitar
Pachajoa…
BLOG: EDWARD
BELLOUM. 014.
Foto: Tomada de la Red.
Foto: Tomada de la Red.
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