sábado, 17 de noviembre de 2018

PARTIR (Segunda Parte)


PARTIR (CARTA)
SEGUNDA PARTE.

Verte desnuda, o con poca ropa,  me forraba de imágenes de  morbos y deseos.
Para no caer en tentaciones,  me hice el de la vista gorda, y cerré la puerta…
Cuando la cerré, comencé a saltar y a alegrarme por la  desventura que había caído sobre ti… Me alegraba,   por el vuelo que habías dado en las gradas para luego caer como mariposa lastimada sobre el piso, con los paquetes desperdigados, y la sombrilla clavada en la jardinera como símbolo de  tu victoria,  o tú derrota.
En nuestras conversaciones con nuestro amigos y conocidos, y  a manera de chismes, hablábamos pestes de nuestros errores y  falencias; pero  en tu caso, -según lo que me enteraba-,   nunca reconocías tus errores, porque para ti,  yo era el flaco, y el fardo hueco, el malo   del paseo.
Me enteraba: que terminabas  entregada a otros amores,  buscando tal vez  sosiego que calmara  la tortura diaria de nuestras vidas.
Ese fue el tiempo más duro…pero habíamos acordado entre gritos, que si íbamos a tener alguna aventura,  la hiciéramos con discreción y fuera de casa.
Al final,  por largos días una y otro,  nos ausentábamos del apartamento, y no teníamos ni la más leve noticia de nuestro paradero,..
Todo ello,  sumado a  todas aquellas situaciones  bochornosas que se generan  cuando dos personas que decían amarse estaban separadas,  pero  conviviendo aún en la  misma casa: llamadas y más llamadas, carros que te recogían  cerca del edificio, flores, en fin…
…Y así,  con hambre o comiendo casi nada,  la  he pasado en estos días de rabia y reflexión, pensando que el paso que hemos dado nos ha  liberado del infierno de humillaciones que fueron nuestros últimos días.
Al parecer, he borrado los recuerdos de los días buenos, porque lo más  latente  son los insultos y las humillaciones.
Cuernos y más cuernos… Me revolvía el estómago con solo mirar que alguien te diera un beso en la mejilla…
 Las  telenovelas muestras escenas, donde  los enemigos se besan como amigos,  con desvergüenza e  hipocresía…
Trato de  sobreponerme  ahora,  a  esta angustia de paz que se revuelca en  las cosas tiradas al desperdicio y al desorden.  Algunas por el ánimo de destrucción se han vuelto  inservibles, otras  por el descuido se ha vuelto irreparables.
Total he tratado de terminar con todo aquello  que me pueda traer  tu recuerdo. Trato de alejarme  aún, de algunas fragancias que percibo  en otras mujeres. Algunas me causan  nauseas  e intentos de vómito, porque me recuerdan tus perfumes y fragancias que usabas de manera insistente, y  a toda hora: en tu cuerpo, en tu cama, que era la nuestra, en los baños y en fin en todo lugar donde estuvieras o  pisaras.
Casi todos los  lugares te olían terrible,  según tus palabras, y en tus ratos libres te pasabas horas y horas desinfectando y aromatizando  todo, hasta los últimos rincones.
Por cierto, solo ahora me doy cuenta de su manía del olor, de tu nariz hiperolorosa o hiper ventilada…de tu manía de Oris fobia.
Pregunto: porqué y paraqué usar siempre fragancias en el cuerpo, o paraqué oler siempre bien,.. Y buscar que todos los lugares posibles huelan siempre a fragancias artificiales.
Pienso en los perfumes  como máscaras que disfrazan  la realidad,.. Algunos, y en ocasiones: preferimos lo natural…
Cerca de mí, solo escucho el respirar y la presencia de la  soledad y el abandono. El aseo y la pulcritud de la vivienda hecha por la empleada de aseo,  ya no existe. Nada existe, sólo pedazos de cosas destrozadas. Y  dentro de los destrozos, está la pesadilla de  vida, que  en estos días  echaré al cesto del olvido.
 Total, las penas de amor pasan como los vendavales, dejan estragos, pero al final… el sol aparece en el horizonte.
Tus pasos ya no corren ligeros detrás de las obligaciones de rutina. Ya no hay olores de perfumes o comida a ninguna hora del día. De mi parte tampoco hay afanes por cumplir el horario de trabajo y por tener siempre en lista la ropa que se usaría  para el día siguiente o para las ocasiones especiales.
No hay prisa por mirarse al espejo y ensayar la cara o los dichos y frases estudiados para la ocasión, toda esa hipocresía también por ahora tendrá que esperar hasta cuando tenga la disposición de buscar un nuevo trabajo o consiga uno…
Espero,  que en mi próximo trabajo no encuentre a esclavos ni lambones, sino a gente con ínfulas de sindicalista que coloque sobre el tapete los problemas de la organización, sin tapar los desmanes de los jefes,  convertidos en cómplices de la corrupción.
 Este último deseo es casi que imposible, porque es más fácil ganarse el premio gordo de una lotería, que llegar a trabajar en un sitio donde haya pulcritud en alguna de sus instancias.
En este abandono, tampoco hay afanes por preparar las ponencias o las clases, muchas de las cuales no responden a las necesidades de la realidad, sino a un manipuleo  e inexplicable acondicionamiento del tema: al público, al horario, a los requerimientos del Contratista,  a los lineamientos de la política de gobierno, y otros…

Continúa en la Tercera Parte.

BLOG: EDWARD BELLOUM. 012. REV.018.



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