miércoles, 18 de junio de 2014

El Jinete Descabezado (Tradición Oral)



EL JINETE DESCABEZADO


Cuentan que entre las veredas del Venado, la Palestina y la Sultana en el valle del  Guamuéz Putumayo, se aparece en las noches oscuras un jinete sin cabeza que galopa despavorido entre las piedras de los caminos, y que cuando pasa por los ranchos grita de manera aterradora: ¡Donde Está!
Quienes lo han visto, dicen que es  Saulo el costeño, quien en un descuido  perdió la cabeza  tirando su caballo por encima de los alambrados celebrando los triunfos de las carreras… porque  siempre las ganaba todas.
Una noche cuando celebraba sus triunfos en compañía de sus amigos,  se puso  de fantoche  a demostrar sus habilidades sobre su cabalgadura, y apostó a que saltaba un alambrado montando a su caballo…Comenzaron a rodar las apuestas, y Saulo, se aprestó a saltar.
Entre los vivas de unos, y la fuerza de otros para que no lograra el salto,  montó en su cabalgadura, hizo varios acercamientos al alambrado, y cuando pensó que todo lo tenía calculado, tomó un trago más, y listo…El caballo partió con su jinete desde un sitio determinado,  se elevó sobre el alambrado pasando sobrado….y sin detenerse siguió de largo perdiéndose en la oscuridad.
Nadie esperaba que ese domingo, las cosas fueran a darse de esa manera…
Dicen que cuando las patas delanteras del caballo, luego de saltar por el alambrado, tocaron en tierra, o  se encontraron con un cuerpo blando y cilíndrico como una serpiente, por lo cual  el caballo se asustó y comenzó a correr sin control… y a los 200 metros  pasando  cerca al techo de zinc de  una marranera, el jinete no tuvo tiempo para  agacharse, y fue allí donde perdió la cabeza.  
El caballo siguió de largo ahora  con el jinete sin cabeza,  quedando  aprisionado más tarde, entre un árbol y el  alambrado  en una finca cercana… Así lo encontraron los vecinos, amigos  y los apostadores, con el cuerpo del jinete colgando de la cabalgadura... Nadie explica como el cuerpo sin cabeza  logró aferrarse, lo cierto es que cuando lo encontraron, tuvieron que hacer algún esfuerzo para soltar sus manos de la montura…Y  desde ese accidente, al árbol,  lo bautizaron con el nombre de: “Árbol del Muerto”.
Luego de encontrar el cuerpo y de determinar el sitio preciso dónde perdió la cabeza, sus amigos y los apostadores, se dieron a la tarea de buscar la cabeza… Pero pese a todos los esfuerzos la cabeza nunca apareció. Algunos decían que posiblemente había caído dentro de la marranera, y que los animales se la comieron. Otros decían que de pronto rodó y fue a caer a algún hueco. Otros suponían que algún perro hambriento la encontró y se la llevó…lo cierto es que la cabeza no apareció.
Dicen que los familiares  enterraron el cuerpo del jinete sin la cabeza, y que  los apostadores y  la gente de los caseríos mostraron mucha colaboración, porque un hecho así, nunca se había presentado en las carreras de caballos ni en las apuestas.
Cuando el caballo fue liberado del alambrado y los matorrales, fue llevado al corral de la finca casi de madrugada y que allí lo dejaron. Que al siguiente día lo limpiaron y le dieron los cuidados que requería,  y lo dejaron descansar.
Pero  luego del entierro de Saulo que fue el martes a las cuatro,  cuando echaron de ver  al caballo, este  había desaparecido. Uno de los familiares que se quedó en la finca, contaba: que  desde las tres de la tarde  el caballo comenzó a relinchar y a mostrarse inquieto, que luego entre las cuatro y cuatro y media daba fuertes patadas al viento, y que hacía intenciones de escapar, y que luego cuando éste entró a conseguir  alimento para calmarlo, al volver al corral, el caballo había desaparecido. Dice que inmediatamente tomó otro caballo y salió en su búsqueda, pero que no lo encontró, por lo cual dejó varias recomendaciones entre los vecinos en caso de que lo vieran…
Esa misma noche,  dicen que escucharon el  trote de un caballo, y que cuando pasó cerca a la casa de la finca se escuchó un grito desgarrador que decía: ¡Dónde está!  Desde ese tiempo, y todos los martes, viernes y domingos, el  descabezado recorre los caminos pedregosos buscando su cabeza, y que a veces descansa en la marranera, y que cuando se baja del caballo,  grita con voz desgarradora: ¡Donde Está!
Los campesinos dicen, que si alguien es sorprendido en los caminos por el galope del descabezado,  debe tirarse al piso formando una cruz para que esté no corte su cabeza, porque el descabezado  persigue a las víctimas, y cuando logra cortar una cabeza,  se la pone  sobre sus hombros…Y la mantiene allí,  hasta que esta se pudre, y así sucesivamente hasta que encuentre  su propia cabeza,  y pueda volver al camposanto para descansar en paz…
Por si acaso esté alerta, y si escucha un fuerte trote de caballo en tales  noches, lo más seguro es que sea el jinete descabezado…

Edward Belloum. 012.



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