NIÑA PALIDA
La madre cuidaba tanto a la niña
Que no permitía que el sol llegara a
su casa
Cerraba puertas…
Colocaba cortinas oscuras
Recubría las ventanas
La niña no fue a la escuela…
Recibió clases particulares en casa.
Cuando salía por misa de domingos,
O por otros y consultas
Su madre cubría su cuerpo con mantos
oscuros
Para que la piel de la niña, o sus cabellos
No fueran oscurecidos por el sol
La niña presentaba color pálido
Que la madre interpretaba
Como grave enfermedad
La niña pasó por médicos, exámenes y consultas
Diagnóstico: deficiencia de vitamina
D
Recetaron consumir caras y nombradas medicinas
Complementadas con alimentos color amarillo
Además de sabores y sustancias mil…
Pero la niña seguía pálida…
El sol no se acercaba por temor
Su madre cuidaba de no verle la cara
Recurrieron entonces a la opción casera
Jugo de hígado con mora
Batido de apio, uvillas, tomate en
leche pura…
Pero la niña:
Color no entonaba
Desesperada la madre
Se inventó para la niña
Otras variadas y raras enfermedades
Que relataba a los médicos en dramas
exaltados…
A su vez,
Los médicos la escuchaban entre
burlas contenidas
Y al final,
Todo lo dicho parecía que ignoraban
Porque las mismas y parecidas
medicinas siempre recetaban
Pasaba días y meses en consultas…
Los médicos impotentes
Se remitían de uno a otro, el terrible caso
Y cansados en desaciertos
Dijeron que el caso, era propio de los males del alma
Cercano y afín
A traumas generacionales con visos psicológicos
La niña creció pálida
Y llegó a la edad de ser mujer,
Linda y hermosa en su tibia palidez…
Y un día,
Cubierta ante un altar con ajuar blanco
Su palidez, junto a un hombre de color,
En esperanza su vida unió
Con los días,
La madre ilusionada
Cuidaba a su hija ante la
expectativa de los hijos
La madre esperaba nietos blancos y
tiernos como algodón
Adornados a la vez con cabellos
rubios
Y ojos claros color miel,
Mejor verdes o azules
Llegaron tres hermosos nietos
Todos de piel oscura,
De cabellos reacios y ensortijados
De ojos oscuros
De dientes de marfil
Ágiles, fuertes como un gran semental
Alegres y descomplicados como danzón
Entonces la madre…
Comenzó a limpiar las pieles de sus nietos
Usaba mil sustancias y
medicamentos
Pero nada, nada…
Quitaba el negro de su piel
La madre volvió a consulta de los
médicos
Estos dijeron:
Que el color no tiene cura
Y que cualquier intento de cambio era
imposible
Y le hablaron de resignación
Pero la madre no se conformaba con el
hecho
Y
en casa y por separado
Untaba y frotaba las pieles de sus
nietos
Con: leche, y cremas
de fruta blanca,
Ungüentos traídos del extranjero
Los vestía de ropa blanca para ver si
pegaba su color
Pero nada hacía efecto o resultado
Todo solo era barniz y maquillaje
para un rato
Las pieles firmes y brillantes de sus
nietos
Resplandecían al momento con más
oscuridad
Un día…
Cansada de múltiples intentos
Se
sintió desconcertada
Doblegó su cabeza
Y por fin se dio cuenta
Que estaba luchando contra lo imposible
Una noche se acostó
Y al siguiente día se negó a abrir
sus ojos
Derrotada
Se cansó de ver la negra claridad…
Y la palidez dominada por el color
–Según
ella-
Pagó el caro precio
De no haber puesto remedio a tiempo
Antes que la palidez
Terminara por juntarse,
Irremediable
Con la saturación del color
Edward Belloum. 014.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario