miércoles, 18 de junio de 2014

Niña Pálida (Poema)



NIÑA PALIDA


La madre cuidaba tanto a la niña
Que no permitía que el sol llegara a su casa
Cerraba puertas…
 Colocaba cortinas oscuras
Recubría las ventanas

La niña no fue a la escuela…
Recibió clases particulares en casa.
Cuando salía  por misa de domingos,  
O por  otros y consultas
Su madre cubría su cuerpo con mantos oscuros
Para  que la piel de la niña, o sus cabellos
No fueran oscurecidos por el sol

La niña presentaba  color pálido
Que la madre interpretaba
 Como grave enfermedad
 La niña pasó por médicos, exámenes  y consultas
Diagnóstico: deficiencia de vitamina D

Recetaron consumir caras y nombradas  medicinas
Complementadas con  alimentos color amarillo
Además de sabores  y sustancias mil…
Pero  la niña seguía pálida…
El sol no se acercaba por temor
Su madre cuidaba de no verle la cara

Recurrieron entonces a la opción casera
Jugo de hígado con mora
Batido de apio, uvillas, tomate en leche pura…
Pero la niña:
Color no entonaba

Desesperada la madre
Se inventó para la niña
Otras  variadas y raras  enfermedades
Que relataba a los médicos en dramas exaltados…
A su vez,
Los médicos la escuchaban entre burlas contenidas
Y al final,
Todo lo dicho parecía que ignoraban
Porque las mismas y parecidas medicinas siempre recetaban

Pasaba días y meses en consultas…
Los médicos  impotentes
Se remitían de uno  a otro, el terrible caso
Y cansados en desaciertos
Dijeron que el caso,  era propio de los males del alma
Cercano y afín
A  traumas generacionales con visos  psicológicos

La niña creció pálida
Y llegó a la edad de ser mujer,
Linda y hermosa en su tibia palidez…
 Y un día,
 Cubierta ante un altar con ajuar blanco
Su palidez,  junto a un hombre de color,  
En esperanza su vida unió

Con los días,
La madre ilusionada
Cuidaba a su hija ante la expectativa  de los hijos
La madre esperaba nietos blancos y tiernos como algodón
Adornados a la vez con cabellos rubios
Y ojos claros color miel,
Mejor verdes o azules

Llegaron  tres hermosos nietos
 Todos de piel oscura,
De cabellos reacios y ensortijados
De ojos oscuros
De dientes de marfil
Ágiles, fuertes  como un gran semental
Alegres y descomplicados  como  danzón

Entonces la madre…
Comenzó a limpiar  las pieles de sus nietos
Usaba mil sustancias y medicamentos 
Pero nada, nada…
Quitaba el negro de su piel

La madre volvió a consulta de los médicos
Estos dijeron:
 Que el color no tiene cura
Y que cualquier intento de cambio era imposible
Y le hablaron de resignación
Pero la madre no se conformaba con el hecho
Y  en casa y por separado
Untaba y frotaba las pieles de sus nietos
Con: leche,  y  cremas de fruta blanca,
Ungüentos traídos del extranjero
Los vestía de ropa blanca para ver si pegaba su color
Pero nada hacía efecto o resultado
Todo solo era barniz y maquillaje para un rato
Las pieles firmes y brillantes de sus nietos
Resplandecían al momento con más oscuridad

Un día…
Cansada de múltiples intentos
Se  sintió desconcertada
Doblegó su cabeza
Y por fin se dio cuenta
Que estaba luchando contra lo imposible

Una noche se acostó
Y al siguiente día se negó a abrir sus ojos
Derrotada
Se cansó de ver la negra claridad…
Y la palidez dominada por el color

  –Según ella-
Pagó el caro precio
De no haber puesto remedio a tiempo
Antes que la palidez
Terminara  por  juntarse,
Irremediable
 Con la saturación del color

Edward Belloum. 014.


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