TRES PALABRAS
Luego de una noche de
juerga, y con un guayabo del carajo, terminé en una carretera que no aparecía en el mapa, y decidí seguir
las indicaciones que me dio un campesino para saber a dónde me llevaba, o en
dónde estaba. Llegué a un retén militar, y preguntaron que dónde me dirigía… entre las
requisas dije que a los Llanos…era un Cruce donde las flechas indicaban: Izquierda Zona hacia
los Llanos- Derecha: Interior del país.
Nunca la había transitado
por ahí… me desvié por los tragos y la juerga… pero allí estaba, y no podía regresar…Si
retrocedía perdería mucho tiempo, y tiempo era del que no disponía. Por lo
cual, pedí permiso a los guardias apostados en la carretera para seguir
adelante. A un lado de la carretera estaba un bus al parecer abandonado con las
llantas pinchadas, el cual tenía un letrero de: “Peligro, cargado con
explosivos”…les pregunté que si había peligro al pasar, ellos me dijeron que
no, que era un señuelo. Seguidamente a 500 metros divisé al lado derecho un letrero
que decía:
“Bienvenidos a la zona
del Ca Guan Do, pueblo libre en América”.
Seguí entrando en la zona, y
carros apresurados pitaban y me pasaban, a los 3 kilómetros encontré un caserío donde funcionaban varios negocios…
decidí proveerme de las cosas que necesitaba para el viaje… Entré en el negocio
con lista hecha de lo que
necesitaba, me dirigí a una joven que atendía, miró la lista, y me dijo:
¿Dólares… o Nieve? Dólares repetí.
Otra mujer al otro lado del mostrador decía en
voz baja: “Otro para parca”. Pensé que la indirecta iba para mí, pero no entendí el significado. Seguidamente la
joven que me atendió hizo las operaciones, y dijo: Cuatrocientos más el impuesto…
Me pareció que el precio era alto para lo que compraba,
pero dadas las circunstancias, saqué el
dinero y pagué. La vendedora me entregó
la factura que anotaba la descripción de los productos de la compra, y en letras
resaltadas decía: “Impuesto de Paz 20%”.
No quise
preguntar nada, entendía que en este país todo lleva cobro de impuesto. Un
muchacho tomó los artículos comprados y los colocó en la camioneta. Arreglé
todo, y seguí, mi destino estaba 45
kilómetros al Noroeste.
Avancé tres kilómetros, y encontré un segundo un retén.
Llegando me pidieron los documentos, revisaron la carga y me preguntaron que
hacia dónde me dirigía, les respondí que a la zona minera que estaba en seguida
del pueblo grande…Entonces los guardias me dijeron que si iba a entrar al
pueblo debían recordarme: “Que lo hacía bajo mi completa responsabilidad”, que
las reglas habían cambiado desde que ellos estaban en la zona, y me dieron
instrucciones generales, y un folleto que debía leer y cumplir, para evitar
problemas…
Me dijeron que por mi
edad, sólo podía estar cinco meses dentro de la región, y que
al término, debía salir inmediatamente de la zona, o de lo contrario debería atenerme
a las consecuencias.
Me recordaron nuevamente:
que en la zona sólo circulaba como moneda de cambio el Dólar americano, la
Coca, o Armas de tipo usual de los comandos solo para los autorizados; que se debía hablar solo en Castellano, que no
se permitía el uso de armas a civiles; que no debía hacer ninguna crítica en contra
de los dirigentes o de las leyes
imperantes...
Volvía a la zona luego de
dos años... Desde hace año y medio, la
región estaba en poder de un grupo armado que era juez, ley y parte en la zona.
Los civiles que quedaron dentro de la zona, o los que llegaban con el ánimo de
montar pequeños o grandes negocios debían acogerse a las nuevas normas que
estaban contenidas en un folleto de convivencia.
En el folleto se leía
luego de los encabezados y arengas, las tres reglas básicas de convivencia:
1.- Morir
a los 40 años, o abandonar la zona.
2.- Toda
comunicación se hace en tres palabras.
3.-
Prohibidas las reuniones de más de tres
personas en lugares públicos.
…Sólo tres reglas me dije, pensando y comparando
con las copiosas normas, códigos y la Constitución del país…Debe ser fácil
vivir así, -me dije. Me imaginaba una pelea con mi esposa, diciendo cada vez
tres palabras: No joda, sí; No joda vieja; No saque pasado;.. Raro dije, pero
el folleto no está en tres palabras…Al final de éste decía, estamos estudiando
nueva lengua simplificada: Pra=Matar. Uc=Corte. M: Muerto…
Me extendieron una boleta con el pago de retén… y
el respectivo Permiso de Estadía con la fecha de vencimiento…
Cuando llegué al pueblo, miré varios afiches con
la imagen del grupo gobernante,
dispuestos en lugares estratégicos y anclados en varias leyendas e interpretaciones del sentido
de la libertad…Como: REVOLUCION LIBRE LIBERTAD. BUSCAMOS LIBERTAD. SOMOS LIBRES
LIBERTOS. SOÑAMOS LIBRE LIBERTAD.
En otras, los carteles de los líderes en distintas poses, decían: NACIMOS
PARA LIDERES. SOMOS MEJORES LÍDERES. LUCHAMOS POR LIBERTAD…
Los afiches, cuadros y pancartas mostraban las
figuras de militares jóvenes, vestido a
la usanza moderna y con cierto toque estrafalario: cabello teñido de rojo para
suboficiales y solados, y blanco para oficiales, corte Ponck, llevaban gruesas
cadenas engarzadas al cuello, al igual que guantes y pulseras de cuero. Sus
botas hasta las rodillas tenían adornos metálicos. En los brazos llevaban un
brazalete que decía: “Somos el Pueblo Elegido”.
Todos los
habitantes del pueblo, supuestamente no sobrepasaban la edad de los 40 como lo
versaban las normas, y todos, incluyendo
los niños vestían de azul con ropas a manera de enfermeros modernos, todos
iguales y uniformados, con cabello teñido de amarillo.
En los
bares y las emisoras del lugar, sonaba
música moderna sin texto, y en el parque o plaza principal funcionaba una
especie de subasta de autos. Por cierto, carros de buen talante por la tercera
parte del precio, y decían: IMPORTADOS
ÚLTIMA GENERACIÓN. Los carros y motos oficiales eran de color negro, y decían: PROPIEDAD DEL ESTADO. Los autos de los
civiles eran de color amarillo. No se miraban corrillos de personas…Al parecer
era un pueblo práctico y parco en su hablar…
Me detuve frente a un negocio, y repasé los
implementos que necesitaba, y ensayé la forma cómo debía comunicarme. Como no
tenía práctica en el hablar, se me ocurrió dibujar los implementos que necesitaba en unas
hojas de papel, y abajo o al lado de ellos, escribí el número que necesitaba…Comencé
a repasar cómo hablar o pedir algo. En la pregunta del precio, por ejemplo:
“Cuánto Costar” y luego “Cuánto Pagar”. Para pedir de comer: “Sirva esto” indicando el Menú…Se
me ocurría decir en Inglés Costeño: “Yo quérer cáfe…” pero lo descarté porque
sería molido a palos, el inglés no gustar a criollos verdes…
Pensé que así funcionaba la comunicación, y me
aventuré a conseguir los otros implementos que necesitaba, que olvidé en la primera compra.
Bajé del carro, y dije: -Salud haciendo un gesto
de manos y una sonrisa, como saludo. Luego pidiendo un producto:
Papel…espacio…Toallas…Condones…cuando pronuncié la última palabra, sonaron sirenas, y de inmediato llegaron
los guardias y me retuvieron…En dos palabras preguntaba: ¿Por Qué? No sabía
cuál era la falta que había cometido. Me llevaron junto con el carro a una
oficina delegada, allí me sentaron frente a una pantalla gigante y extendieron
sobre la mesa varios folletos a manera de publicidad donde condenaban el uso
del condón, porque querían aumentar la población en pocos años, y formar con
ella el ejército imperial. Dije: folleto no decir… Respondieron: Ley nueva.
Me soltaron, luego de pagar una multa por
desacato, y reconvención. Volví al local, y
retiré las cosas que había solicitado, pagué y seguí mi camino,
recordando que antes de cinco meses debía salir de la región… AH, en el segundo
retén me decomisaron unos casetes de música en inglés, porque el inglés era el idioma de sus enemigos…
Traté de adelantar lo más posible el trabajo en
la mina, haciendo turnos por las noches, para aprovechar el tiempo del permiso…Con los
días se escuchaban los rumores de que la Tregua había terminado, que habían
secuestrado a alguien de apellido Betancur, pensé que a Belisario por lo del
Palacio, y me alegré, pero no era así, el secuestro había sido en la persona de
una candidata que se creía intocable…
Decían, que
solo algunos guardias del grupo armado salían en sitios específicos, pero que
ya no decían nada ni requisaban…Que lo único que había que temer,
era a los carros abandonados
cargados con explosivos en la carretera, y en el monte, a las minas Quiebra Patas…
Edward
Belloum. 012.
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