martes, 2 de diciembre de 2014

La Ruleta (cuento)


LA RULETA


Dijo que saldría conmigo,  si acaso fuera alguien importante dentro de la gallada, que tuviera  moto,  carro, o billete  para un parche…Esa era la jeva  Juana, la hembra más deseada del vecindario.

Ella me tramaba… Les tramaba a todos,  pero solo salía con los propios, con  gente que mostrara billullo. Muchas veces cuando la invité de parche, me dijo que no salía con cualquiera, sino de alguien calidoso de bolsillo.
No era  que estuviera llevado, pero el deseo de tenerla y poseerla era grande, al punto que sentía celos de los pretendientes que se acercaban a su cueva, de aquellos que se la llevaban de parche, o se acercaban a tirar caspa a su tapuer.

En la vecindad había una ley,  no permitir a manes de otras estancias tener cruces  con las jevas del barrio.  Y esto lo sabían todas, pero Juana nos frenteaba y nos escupía que ella no era paquete de nadie, y que no nos temía,  que para morir nunca es tarde…La hembra nos retaba. En el barrio todos cumplían la ley, nadie se escapaba o  hacía conejo, todos hacían o recibían las advertencias, y  los cobros cayetanos … Nadie estaba sobre nosotros, menos aceptar que Juana se saliera del redil… Pero nadie se atrevía a causar daño a la braem.

Una noche reunidos en gallada, luego de haber agotado en Parla los puntos del camelle,  como: Gramaje,  distribución, flechas de los ganes,  próximas amenazas…entre otros; salió a bocadillo el nombre de Juana, y  propusieron jugarla a la Ruleta…
Consistía en que el señalado por la botella, debería acercarse a la braem para conquistarla,  amansarla y domesticarla…llevarla a un lugar donde la gallada estuviera reunida…Y luego todos gozarían de ella. El acuerdo se hizo, y todos dijeron que sí.
El elegido dispondría  recursos  del grupo, para  alquiler de una  moto, y lana para invitar a la zorra a  diversión y refine…Cinco días era el plazo, y el paciente debería mostrar los resultados… Caso contrario,  devolver  los dineros gastados…Todos sabían que la zorra no estaba mirando pinta ni belleza, y que lo único que la movía era el billete…

La botella giró dos veces y un poco más…En mis adentros cruzaba dedos para que la botella no me señalara, pero esta terminó apuntándome...

Al día siguiente, comencé el teatrín, tipo 3 de la tarde me aparecí por su haus con brillante nave 250, pité tres veces y nadie salió, por lo cual me acerqué a la casa y pregunté por la jermu. Cuando me vio, me preguntó fría que qué buscaba, pero cuando reparó en la moto, dijo: ¡Jujuy! Conque de estrene mijo…Yo le respondí: toda suya mi jeva, mostrando al tiempo un pequeño fajo de billetes… He venido a invitarla a dar un recorrido, y a tomar algo…la zorra no  dudó. Enseguida salgo, dijo.
En los siguientes minutos volábamos por autopistas y avenidas, la sensación de velocidad, la grata compañía, el olor de la jermu, la brisa de la tarde pasando nuestros cuerpos… transporte  al infinito papá…Me sentía bien con la braem, pero lo cruel era que tenía que cumplir el trato, o  atenerme a los reclamos y  sentencias…
Pasamos por la tienda,  y surtimos la lonchera…Pronto  estábamos de eleve, comencé a analizar a la hembra, y detrás de aquella altanera y sobrada que había conocido, aparecía la Juana, una hembra dada al rebusque, de nuestro  mundo y de iguales necesidades…Y bella, sexi, completa, seductora.

Paramos en una heladería,  y  tomamos unas amargas, a ella le dio por bailar y yo la seguí en los movimientos…la  braem era todo un collar, y en ese momento me sentí inspirado y le dije: Juana usted es la propia.
Juana se colgó de mi cuello, y al son de la música me dijo: Papi tú también estás bien, y entre movimiento y son nos fuimos pegando hasta quedar unidos, respirábamos agite juntos, nuestros olores parecían uno solo.
Pasaron los minutos y sentíamos que éramos uno para otro… Rumba, besos y abrazos…estaba caliente hasta el interior de la médula.
Le propuse salir y dar una vuelta por los cerros para mirar el atardecer…

Transportados por el viento,  llegamos al punto más alto, a un lugar desierto y apartado… y toda la  sed de amor  escurriendo entre nuestros en el atardecer…Ella dijo que quería dar fuego a otro tal… Y así, perdidos entre el humo, volamos en lejanías, y a pocos fui escarbando y entrando en  su cuerpo,  llegando a explotar juntos como balas gemelas en lo alto de los cerros…

Mil cruces pasaban  acelerados por mi mente…la jeba me gustaba a lo bien, y lo Vietnam  que se  portaba con guelmi, además de goce,  me había hecho sentir que no estaba solano, y que si nada pasaba podría responsabilizarme con ella…Pero era preciso entregarla, no tenía el plante  para pagar  los gastos, además alguno me buscaría tropel, o podría tomar bronca contra mí, si  fallaba en la entrega.
Ya era tarde, y decidimos bajar,  nos dimos otro toque,  los últimos arrumes… y luego la moto descendía colgada de la brisa. Las luces del alumbrado nos colmaban de reflejos fugaces, mi pericia con las motos era larga, era un experto…Conductor preciado en ganes,  trabajos y contratos.
Llegando a casa, me dijo que la buscara al día siguiente en horas de la tarde  para charlar…Nos despedimos como eternos enamorados, con besos, tomadas de la mano y sonrisas…

Encendí la moto y volé al refugio, algo había por hacer… Un cumplido…Había que recoger una merca y llevarla a los barrios del norte. En el trayecto mil ideas pasaban raspando…Llegué puntual, el Ronco me esperaba, Duvan supervisaba la entrega…había que recoger medio paquete. Al rato, el Ronco estaba a mi espalda en la moto, y pensando en Juana,  y cómo me iba a abrir del bulto, cruzamos por la ciudad…
Cerca al aeropuerto divisamos al Nissan Rojo, y con las precauciones y señas  del caso entregamos, y recibimos lo acordado.
Volvimos al refugio… Duvan coordinaba el resto de entregas… Los fines de semana eran días de negocio, y a cada repique de pedido acordaban  precio y  cantidad, y las palomas volaban a la entrega.
Era sábado, al mediodía acostumbrábamos  comer en el refugio,  luego del lonche Duvan  puntualizaba  sobre los planes siguientes, y allí salió en cuento de Juana, y dijo: -a más tardar recibo la entrega el lunes en la noche…Repliqué que el trato era de cinco días. Dijo que el lunes era festivo, y que se había organizado una reunión por el cumpleaños de Dany, y que así se mataban dos trastes de un tiro…Entró el Celina y me miró con ojos inquisidores,  y  dijo: -Tóquese papá, el lunes por la noche comemos gallina, a lo bien…Sí, o No…

Agregó Duvan: -Quiero el coctel de la alegría para esa noche…retire el dinero con Termo…Usted trae a la hembra con motivo de la fiesta, habremos 12 con ustedes, mitad manes, y mitad jibaras, para que la hembra no se maree…Todo está planeado, y el plato mayor se servirá a una de mis señales…
Todo estaba dicho…Yo había camellado en varios  y griles y por eso me daban la chamba de preparar el agua de la alegría. Esta era una mezcla de un Raspa que se conseguía en San Andresito, con champaña,  vodka y limón…La mezcla funcionaba a lo bien, y la gente pasaba un buen rato.

Mi turno de paloma iba de 2 a 5, terminando fui a buscar a la braem, cuando llegué a su casa, había estado lista y a la espera… Salió, y  lucía unas mechas verdes apretadas que resaltaban su figura…Entre mí,  estaba casi desleído, lelo por la aparición… Gozaba  con el visaje de la hembra,  que hasta me creía premiado, y en mi interior sin mostrar derrite, agradecía a la vida por aquel momento…Le dije que montara,  y al momento,  cruzábamos calles y avenidas.

Nos fuimos de cine a ver la Loca Tijeras…en las butacas estábamos más que unidos comiendo y salpicando las golosinas que habíamos comprado. Afuera nos habíamos metido un  tal, y estábamos más que calibrados…

Sentíamos en la boca el sabor amargo  que dejan los cigarros, y entre besos y caricias excitábamos nuestras intimidades…La hembra sabía cómo hacerlo, y yo no desperdiciaba oportunidad. La cinta rodaba, y entre espasmos contenidos llegábamos casi al final, y parábamos.
Entre las escenas de la película tuve ganas de confesarle la verdad, pero me contuve, sabía que todo lo que hiciera o dijera para desbaratar el trato  era inútil e innecesario… Mirando las tijeras en la mano de Rosario tuve una idea: el agua de la alegría llevaría un mortis, y esa era la única salida...
Había volteado por todo lado, y no había encontrado solución…Esa noche, luego de una rumba terminamos en  mi cuarto…Muy de madrugada la llevé a su casa, y le  pasé unos pesos para el refine, además de algo para la cabeza. Despidiéndola le dije,  que al mediodía la buscaba para irnos de piscina…

En la piscina, el agua resbalaba por su cuerpo en olas de ternura, jugamos y nos divertimos a lo bien, hasta cuando ella se saludó con un gordo que apareció como una rana croando cerca de nosotros…Ella se apartó,  y salió de la piscina, y el gordo la siguió…
Yo daba varias brazadas mirando disimuladamente hacia donde iban… por su forma de conversar se mostraban conocidos.
Al rato  apareció vestida, y me dijo que la llamara más tarde porque tenía que hacer una vuelta con el mán… y se fue. Quedé dentro de la piscina como el ternero buscando entre los espacios que quedaban libres un hueco para hundirme…La ira no cabía en mi cuerpo, en mi cabeza ya les había disparado a los dos por varias veces, soplaba y me apartaba satisfecho…

No tenía ganas de llamarla, pero era obligación hacerlo para concretarla para el día siguiente por la entrega…
Maqué a las nueve de la noche a su teléfono repetidamente,  y nadie contestaba, dejé pasar un tiempo, y luego de repetidos intentos me contestó a las diez y media…
Sin más, le dije que si pasaba por ella a las ocho del día siguiente por aquello de la fiesta que le había comentado…Entonces Preguntó: Que qué me pasaba, que por qué tanta sequedad.  Le contesté que había pescado un resfrío en la piscina y que me sentía algo indispuesto…Le volví a preguntar, que si pasaba a las ocho, y ella, con burla me insinuó que si estaba celoso, y luego de otras palabras,  dijo que pasara a la hora convenida.

A última hora se cambió el lugar de la fiesta, y ahora sería  en la casa de Saúl, por considerarla reservada y cimentada en sitio de tranquilandia. A las siete llevé la bebida preparada, la cual dejé metida en hielo sellada debidamente para evitar que alguien pudiera beber antes de tiempo, y por si las moscas dejé dos botellas de la misma  bebida  pero sana en la nevera, previendo  que alguno tomara de esta,  y no tocara el paquete grande reservado para la celebración.

Cerca de las ocho llegué a casa de Carla, esta demoró un poco con la disculpa de arreglarse para la ocasión, luego  arrimamos al parche. Abrí la nevera y miré que las botellas ni el paquete grande no se habían tocado, y que algunos estaban tomando cerveza. Se abrió la rumba, y algunos comenzaron a pedir algo más fuerte y comencé a repartir  la bebida sana.

A las nueve hicieron una pausa, y Duvan llamó la atención, y dijo unas palabras y comenzó la celebración del cumpleaños, la abertura de los regalos, la torta y los otros, y por último la prueba de fe, vaciar el tambor de un revolver y dejar un tiro en éste, y disparar  en la cabeza del festejado…Segundos de tensión, el gatillo sonó pero no hubo  explosión…luego los abrazos y los golpes de mano… los brindis y las dos botellas sanas tocaron fin.
Siguió la rumba y el licor del paquete comenzó a rodar…A las doce aproximadamente,  los cuerpos  comenzaron a quedarse dormidos en distintos sitios de la casa…Juana estaba derrumbada en el baño de abajo, Duvan en la escalera,  otros en la cama con su pareja…El efecto de la bebida había sido lo esperado, sin gritos lastimeros ni muestras de dolor…Juana a no estaba en el plan de los acostados, pero cuando noté que le estaba coqueteando a Duvan, y de vez en cuando a los otros, además que me recordaba el plante con el gordo, y que se había soplado a otro en el baño, supe que no había otra, sino dejarla beber del licor del paquete…
Lo siguiente era tomar la merca y los valores que estaban en el refugio, y luego llamar a los polochos para que encontraran los cuerpos…
Al otro día aparecía un Coronel en la televisión, dando un informe culo sobre el enfrentamiento con peligrosa  banda de asaltantes,  dedicada  también al cobro de cuentas, y  el tráfico de drogas…
Las escenas  mostraban  cuerpos baleados…tirados en el piso…Olvidé retirar un paquete de merca que estaba detrás de la estufa…

Edward Belloum. 012.













 



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