Corto resumen algunas de
las protagonistas de: “Las
Lunas de la Calle Caliente” libro escrito por Álvaro León
Perico, publicado en Pasto en el 2004.
LA NEGRA CANDELA
Negra linda,
negra hermosa, le decían sus enamorados, ahora vengo plantado para que me entregues
tus amores…La buscaban personas de alguna prestancia social, porque olía bien, usaba ropa de marca, sus prendas interiores eran de encaje, y de color blanco…Con los más conocidos a veces
le daba por hacer la danza de los
velos…Terminó en un botadero de basura atrás de la calle Mocha.
LA KATHI
La naturaleza
le había prodigado un cuerpo hermoso, y una piel de porcelana que envidiaba
cualquier mujer, pero sus manos eran
algo largas y huesudas para lo normal, y se sentía acomplejada por ello. Un día
se fue de pieza con un Polocho y terminaron en una gresca, en la cual llevó las
de perder el Gendarme, y por ello tuvo que perderse, e irse de la ciudad.
LA PRONTICA
Aparecía por
la calle del placer desde tempranas horas para aprovechar la madrugada y
ganarle a la competencia…Tenía un cuerpo relleno que contoneaba de un lado a
otro de manera llamativa. No pasaba de
los catorce años, usaba siempre pantalones cortos deshilachados que atraían las
miradas, blusas transparentes que resaltan su busto, y se excedía con rubor en
sus mejillas… Llevaba colgada del cuello, una pequeña cartera donde guardaba en
su seno el fruto de su trabajo… La encontraron en un potrero, con un tiro de
gracia en la cabeza.
LA NOCHE DE LAS VIGILIAS
¡Detente! Identifícate. Repite el
número de tu cédula…
Cercaron el lugar, y entonces comenzó la pesadilla
A muchos los golpearon, los
amenazaron, se los llevaron
Pocos alcanzaron a huir, y a ponerse
fuera de su alcance…
Decían que esa noche era de polígono…
El placer huyó de la calle
Y solo, un olor de muerte circulaba entre los antros
del rebusque
Las calles, habían sido cercadas
Y la mano de Limpieza, se hacía
sentir con fuerza en el lugar
Las flautas y las quenas enmudecieron
Se guardaron en morrales y huyeron de
la plaza
No querían ser testigos ni cómplices de
la ejecución.
Tifón corría imparable entre la miseria de las
calles
Mientras los gestores de las órdenes oscuras
Celebraban en Clubes con brindis de satisfacción
En las calles, los cuerpos se retorcían
entre dolores quedos…
A metros del lugar…
Niños raquíticos mostraban sus dedos
huesudos
A través de puertas desvencijadas de
hoteluchos del olvido
Lloran abandonados, afligidos su dolor
Que dura suerte nos espera,
Nuestras madres han partido
Repiten sin consuelo…
Blog: Edward Belloum.014.
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