martes, 23 de diciembre de 2014

Las Lunas de la Calle Caliente (Corto Resumen de...)

Corto resumen algunas de las protagonistas de: “Las Lunas de la Calle Caliente” libro escrito por Álvaro León Perico, publicado en Pasto en el 2004.

LA NEGRA CANDELA


Negra linda, negra hermosa, le decían sus enamorados, ahora vengo plantado para que me entregues tus amores…La buscaban personas de alguna prestancia social, porque olía bien,  usaba ropa de marca,  sus prendas interiores eran de encaje,  y de color blanco…Con los más conocidos a veces le daba  por hacer la danza de los velos…Terminó en un botadero de basura atrás de la calle Mocha.

LA KATHI

La naturaleza le había prodigado un cuerpo hermoso, y una piel de porcelana que envidiaba cualquier mujer, pero  sus manos eran algo largas y huesudas para lo normal, y se sentía acomplejada por ello. Un día se fue de pieza con un Polocho y terminaron en una gresca, en la cual llevó las de perder el Gendarme, y por ello tuvo que perderse, e irse de la ciudad.

LA PRONTICA

Aparecía por la calle del placer desde tempranas horas para aprovechar la madrugada y ganarle a la competencia…Tenía un cuerpo relleno que contoneaba de un lado a otro de manera  llamativa. No pasaba de los catorce años, usaba siempre pantalones cortos deshilachados que atraían las miradas, blusas transparentes que resaltan su busto, y se excedía con rubor en sus mejillas… Llevaba colgada del cuello, una pequeña cartera donde guardaba en su seno el fruto de su trabajo… La encontraron en un potrero, con un tiro de gracia en la cabeza.

LA NOCHE DE LAS VIGILIAS

¡Detente! Identifícate. Repite el número de tu cédula…
Cercaron el lugar,  y entonces comenzó la pesadilla
A muchos los golpearon, los amenazaron, se los llevaron
Pocos alcanzaron a huir, y a ponerse fuera de su alcance…
Decían que esa noche era de polígono…
El placer huyó de la calle
Y solo,  un olor de muerte circulaba entre los antros del rebusque
Las calles, habían sido cercadas
Y la mano de Limpieza, se hacía sentir con fuerza en el lugar

Las flautas y las quenas  enmudecieron
Se guardaron en morrales y huyeron de la plaza
No querían ser testigos ni cómplices de la ejecución.
 Tifón corría imparable entre la miseria de las calles

Mientras los gestores de las  órdenes oscuras
Celebraban en  Clubes con brindis de satisfacción
En las calles, los cuerpos se retorcían entre dolores quedos…
A metros del lugar…
Niños raquíticos mostraban sus dedos huesudos
 A través de puertas desvencijadas de hoteluchos del olvido

Lloran  abandonados, afligidos su dolor
Que dura suerte nos espera,
Nuestras  madres han partido
Repiten sin consuelo…

Blog: Edward Belloum.014.


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