CAMBIO FRUGAL
Sandra se miró al espejo, y
reconoció que realmente había subido de peso, y en estos últimos días, había
subido de peso cinco kilos más… De pronto
por la tensión y la ansiedad que sentía de estar enamorada de un
muchacho de la escuela, y que éste, no se fijara en ella, ni siquiera el más mínimo poquito.
En la escuela se burlaban de ella
y la llamaban con todo tipo de
sobrenombres: “Rellena, Buñuelo con Patas, Ballena”, y un rosario de apodos que
no tenían fin, y que muchas veces la
llevaban a llorar a escondidas en los lugares más oscuros.
Pero en los bolsillos del
uniforme, como toda buena consumidora de comida chatarra, nunca le faltaban: Uno
o dos paquetes de papas y sus derivados, algunas chocolatinas, chicles y dulces
de varios sabores. Sin contar con “la
otra remesa” que llevaba para las horas de recreo en el maletín escolar, y las
cuales se las comía solita sin compartir
con nadie.
Muchas veces los profesores, le
habían llamado la atención por estar comiendo por debajo de la manga, y sacando
al disimulo comestibles de la gaveta del pupitre en horas de clase. Pero ella
no podía dominar las ganas de comer a toda hora. A veces comía tanto que
vomitaba hasta el cansancio.
Una noche cansada de llorar se
quedó dormida, y soñó que un ángel le decía: Si quieres mejorar tu apariencia
debes comer un poco más de fruta y no comer tanta golosina. Al día siguiente,
Sandra recordó el sueño, pero no le prestó ninguna atención, total era sólo un
sueño.
En los días siguientes Sandra
comía con desespero, por lo cual, muchas veces se sintió indigestada. Asimismo,
el sueño donde el ángel donde le decía
que debería comer más fruta y no tanta golosina, se volvió repetitivo. Hasta que un día, la gordita
decidió tener en cuenta la insinuación del ángel y decirles a sus padres que la llevasen donde
el médico porque quería reanudar la vigésima ni se tantas dieta.
Luego de hablar con sus padres y de pedirles que la ayudaran en cambiar sus hábitos
alimenticios, Sandra comenzó con la ayuda de un dietista la más difícil tarea
de su vida. Pasaron los días, y Sandra se había mantenido juiciosa y puntual en
cumplir sus objetivos. Miró entonces, que su mundo comenzaba a cambiar a medida
que bajaba de peso y de talla.
Algunos de sus compañeros que
días atrás solo la miraban con burla, la miraban ahora con cierto agrado y sorpresa, incluso
los más lanzados, le decían algunos piropos y la saludaban con cortesía.
El mundo de Sandra comenzaba a
cambiar, y hasta el mismo Jefferson que en el pasado sólo la miraba con algo de
lástima y cordialidad, terminó buscándola a cada momento, y haciéndole
invitaciones.
Sandra había cambiado, y así se
lo decía el espejo. Los padres tuvieron
que comprarle nueva ropa a medida que bajaba de talla. De visita en los almacenes, podía
medirse todo tipo de ropa que cuando era gorda sólo la deseaba, pero con
la cual ahora lucía excelente.
La mayor alegría, era que Jefferson se le había
declarado, y ya eran novios.
Pero todo no podía ser felicidad,
Margarita la anterior novia de
Jefferson, comenzó a maquinar con sus amigas contra Sandra, porque no aceptaban
la nueva imagen de ésta, y tampoco que una ex -gorda pudiera bajarle a su novio. Fue así como
primeramente le hacían todo tipo de llamadas diciéndole que Jefferson en estos
momentos estaba con Margarita, y que si quería probarlo que fuera a los lugares
que le indicaban. A l principio Sandra se dejaba convencer, e iba a los lugares
más extraños, donde se encontraba sólo con gente que la insultaba y la agredía.
Entonces el ángel se le apareció
nuevamente, y le dijo: que no hiciera caso de las llamadas o de otras
invitaciones y chismes, y que hiciera su
vida normal, y que él se encargaría de protegerla y cuidarla de los malos.
En los días siguientes, se supo
que Margarita se había cambiado de
ciudad, y que sus amigos también se
habían retirado del colegio, por lo
cual, Sandra y Jefferson disfrutaron en adelante de una bonita e
interesante relación, y terminaron
graduándose…
¡Habrase visto mija!, los temas
tan cursis que tratan la telenovelas,.. Como si fuera fácil bajar de peso como por
encanto, yo que he probado todo tipo de dietas, y mire…
Bueno, tal vez resultará con un poco de ayuda divina, de otro
Ángel…
¡Pero que va¡ Quién puede dejar de comer estas delicias? ...
Mejor paro ahí.
¡Dios otra vez hierbas… NO… Qué horror ¡
Lo intentaré por milésima,
milésima vez: ¡Ángel, Ángel mío, esposo mío! Arréglame esta ensaladita… con un poquito de salsa y mayonesa
¡SI, Porfa, SI!
Esta noche, quiero olvidarme de dulces golosinas…
Mermelada, ¡MMmmmuuuu! ¡Qué rico,
qué delicia…!
Dulces… Chocolates…
Pastel… ¡Uuuchuuuss! Repollo…
Cebolla… ¡NO! ¡Qué horror!
ANGIE PAOLA CUARAN. GRADO: 9°.
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