viernes, 4 de octubre de 2013

Convencion de Gurres

CONVENCION DE GURRES




No hace mucho tiempo, se convocó por la región del Valle del Guamuez a una convención de Gurres. El motivo de la reunión era la de tratar asuntos relacionados con su supervivencia, porque según los vaticinios de los Taitas Gurres, llegarían  hombres provenientes de todas  las  regiones y comarcas del territorio,   con ánimos de calmar su  sed de oro blanco.
Hombres de emociones fuertes, de diversión desaforada, “chicheros por herencia”, toma trago y parranderos, quienes  los exterminarían sin piedad y sin ninguna  ni compasión.
Estos hombres  para  matar su ocio y complacer a su instinto indiscriminado de comer carne, matarían  a cualquier animal que supieran que se puede comer,..  Entre los cuales estaban los Gurres.
Estos hombres, ciegos en su deseo de comer carne,  no discriminarían entre ejemplares pequeños o grandes. Exterminarían a familias completas, sin importarles  nada las razones de reproducción supervivencia de los animales,  y del equilibrio ecológico.

Sus costumbres serían:
                                        Que a los ejemplares adultos los sacrificarían  para obtener su carne, y  que a los  pequeños los utilizarían como mascotas o  para entretención  de  los niños de sus familias.

A la reunión convocada, asistieron casi todos los Gurres.
  El único que no pudo asistir fue Gurreto el Rebelde, quién se disculpó por estar curándose de una herida de escopeta que le causó un joven colono buscando diversión en la caza de animales. (Y es que algunos no matarían a los Gurres  por necesidad de comer, sino  únicamente por simple y llana diversión).

Luego de las danzas de rigor, y de La invocación  a los espíritus de los  dioses animales vivos,  y a los espíritus  de sus antepasados, para que les dieran luz y guía adecuada para tomar  las decisiones más acertadas al respecto, el Gurre Anciano toma la palabra, y da por abierta la convención.

Desarrollando el primer punto: tratan de entender las predicciones de los Gurres viejos que hablan de la exterminación de la especie de los Gurres, por la caza indiscriminada y descontrolada de los colonos. Asimismo, recomiendan a todos los asistentes mantenerse fuera del alcance de los hombres, haciendo vigilancia en puntos estratégicos, para que pudieran avisar a los demás, o hacer señales cuando las circunstancias de peligro lo ameriten.
Por lo tanto, les recomendaron tapar o disimular todo rastro dejado fuera de las madrigueras, para que los perros no los rastrearan, salpicando las entradas con “Fetichón”, que es líquido amarillento y viscoso que se obtenía: de la mezcla de semillas de algunos árboles con el agua de los pantanos; y que daba el mismo olor característico de los orines de los perros.
Les dijeron que huyeran cuando escuchen el paso torpe y fuerte de los hombres, y a veces rápido y decidido de los cazadores, el cual era fácil de identificar, porque cuando pisaban hacían un ruido como de  escape de aire comprimido, por el uso de  botas de caucho que  siempre calzaban.
Les recomendaron a los asistentes a la convención, para que educaran  a los niños y a los más jóvenes, (machos y hembras), y para que  tuvieran  en cuenta los cuidados sugeridos; y que además, dejaran la curiosidad de salir a mirar los pájaros metálicos que siempre volaban por la zona, derramando extraños líquidos unas veces, y otras transportando tropas.

 Muchos Gurres habían muerto, tratando de imitar  en sus juegos, la forma como volaban  los  pájaros de acero…
 Para volar, los Gurres se tiraban desde algún montículo,  provistos  de pipetas llenas de aire caliente que  amarraban a sus cuerpos y las soltaban  al igual que las bombas  de los aviones. Una vez que los Gurres soltaban las pipetas caían al piso quedando desprotegidos y eran presa fácil para el ataque de  los cazadores. Las pipetas de aire caliente las fabricaban con placentas que encontraban en algunos basureros de los hombres, y las cuales inflaban o llenaban con el contenido de aire que acumulaban los envases y botellas de licores y cerveza que éstos tiraban por el campo. Y era cuando el sol calentaba que los Gurres aprovechaban para inflar las pipetas.
 También los Gurres niños y jóvenes,  jugaban cargando en sus lomos a los Gurres más pequeños simulando el transporte de tropas, lo cual significaba alto riesgo para los Gurres,  porque éstos  no saben volar como los helicópteros.

En fin, les dieron  una y mil recomendaciones para preservar la especie, como la de no dejarse engañar por la música de pequeños aparatos que comenzaban a salir al mercado, y que vienen equipados con las más diversas funciones, a los cuales llaman celulares. Porque los Gurres dormitan  embelesados  escuchando sus timbres, y  esa es otra de las formas que se presta para ser capturados, o muertos por los disparos.

 Dentro de la “Cueva Madre”, los ancianos les mostraron a los jóvenes y adultos imágenes y videos de las formas y tretas que el hombre utilizaba para cazarlos.

 Primera: La Dormidera.
Consiste en  que el cazador, lanza o expira humo proveniente de cigarros raquíticos, que lo introduce por las bocas de las cuevas con la ayuda de abanicos rudimentarios. Este humo adormece a los Gurres y los pone a delirar y a dormir con las patas hacia arriba. Algunos llaman a ese humo: “La Mona, o María Juana”.

Segunda: La Tranqueada.
Consiste en esperar al Gurre fuera de la cueva con un palo, y cuando éste aparece lo reciben con tremendo golpe el cual le quiebra el caparazón, y en consecuencia, el Gurre sufre un infarto  al corazón.

Tercera: La Letanía.
Consiste en que el cazador utiliza la treta del conjuro. Esto es, recitar en la boca  de  las guaridas todo tipo de expresiones mentirosas y engañosas, como:
“Gurre salí que aquí te estoy esperado para que me salves la vida,  sacándome una espina del  piecito”.
“Gurre, gurrecito eres tú el más bonito, sal un ratico para darte un dulcecito”.
“Gurre de mis amores, sal gurrecito, a comer  ricos bombones”.
“Gurre, gurrecito, sal que aquí te tengo a tu amor soñado, para que tengas muchos hijos y no le temas al soldado”.
Y otra gran cantidad  de engaños y dichos,  rebuscados y  mentirosos.

Y así, los Gurres  fueron  escuchando,  los distintos consejos de los “Ancianos”.

Algunas hembras como  siempre,  dejaban ver su temor  y apretaban con angustia a sus críos. Otros Gurres jóvenes se reían, y comentaban entre ellos, que los “cuchos “, eran unos exagerados. Otros promovían levantarse en guerra contra los humanos… Pero los “ancianos” luego de explicarles los pro y los contras de  todas las propuestas de los Gurres, finalmente condujeron a la Asamblea a una votación donde decidieron unánimemente: por la cordura, por alejarse de los lugares que ofrecieran peligro, y de atender todas y cada una de las recomendaciones…


Luego de agotar todos los puntos de la reunión, los Gurres se abrazaron como nunca lo habían hecho jamás. Lloraron y recordaron a sus hermanos muertos o desaparecidos. Miraron fotos y escenas de los anteriores encuentros. Se tomaron uno que otro vinito. Se contaron algunas anécdotas como la vez en que una niña confundió al  Gurre  Carlitos con una concha de mar, y quiso limpiar con ella escuchar la lejanía de las olas,  y cuál  sería su sorpresa, cuando el Gurre comenzó a moverse entre sus manos… que la niña, lo lanzó lejos  terminando justo sobre el ponqué. Imagínese ustedes como se volvió el gurrecito, parecía una bola de nieve con  la crema que escurría  azúcar por todos sus lados.

Y  entonces, todos los Gurres del grupo comenzaron a reír, y contagiaron con su risa a los demás. Entonces todos reían y reían hasta más no poder. No se imaginan ustedes, lo maravilloso que es ver reír a los Gurres. Cuando los Gurres están alegres, se quitan sus caparazones y quedan mostrando sus cuerpos bien formados y esculturales. Sin sus caparazones, los Gurres son tan lindos, tan lindos…  que muchas empresas del espectáculo los contratan como estrellas de cine, teatro o televisión, (porque para permanecer en un empleo se necesita una buena caparazón). Por ahí se dice, que los presentadores de televisión de “Juegos y  Espectáculos”, y otras estrellas de farándula son Gurres disfrazados que están pasando una pequeña temporada de aprendizaje y trabajo,  para ayudar a sus familias.

De todos los animales, los Gurres son los únicos que pueden convertirse en humanos cuando se quitan sus trajes. Y así,  convertidos en estrellas del espectáculo pueden enviar dinero suficiente a sus familias para que no salgan de sus cuevas y  puedan conservar su vida, su integridad, y la supervivencia de la especie.

Pero los  Gurres aprecian mucho la sana libertad  de corretear y divertirse en los campos; y por los motivos presentados de la caza indiscriminada y salvaje,.. los Gurres no pueden salir a los campos, y  mueren a veces en sus madrigueras de infinita tristeza.

Y cuando los  Gurres mueren, se acaban también los buenos programas de la televisión, y el cine  sólo puede mostrar a modelos que no expresan ningún tipo de sentimientos,  parecidos a títeres sin  emociones;   algo así como  Robots: porque  expresan  poco, o casi nada con sus gestos;  y por eso es que  repiten y repiten siempre,  las mismas películas.

La reunión había estado tranquila y calmada, hasta el momento en que pidió la palabra doña Gurreta, quien siempre llegaba tarde, y vociferó en tono grave y altanero: que todos eran unos cobardes, y que cómo iban a permitir que el hombre los siguiera destruyendo. Y que en vez de celebrar y abrazarse por nada,   lo mejor  era tomar las armas y luchar por sus vidas, vencer a los humanos, y luego celebrar la victoria.
 A la propuesta de doña Gurreta, algunos  jóvenes  de los más revoltosos,  respondieron en coro: ¡Si, SI, Guerra contra los hombres!
Y el coro fue tomando tanta fuerza, hasta llegar al punto que nadie podía pararlo. Los Gurres se armaron con lo que pudieron  y  cuando estaban a punto de abandonar la cueva para salir en busca de los hombres, se escuchó una fuerte explosión que provenía desde la boca de la cueva y al momento varios de los Gurres cayeron muertos sobre el piso, mientras que los otros emprendían veloz  huída  por distintas  bocas  de escape de la madriguera.

Justo allí terminó la reunión. El resto fue ver como los perros de caza raspaban las bocas de la cueva, y como los arpones caseros comenzaban a dar con el cuerpo de los Gurres alcanzados por el disparo, y eran sacados y amarrados en  forma de sarta y llevados  “como algo es algo, peor es nada”, por los cazadores casuales y oportunos.


Que se sepa, nunca más hasta ahora, se  volvió a celebrar una nueva convención de Gurres.

Dicen algunos animales, que los pocos Gurres que ahora quedan, sólo sacan la cabeza de sus madrigueras, cuando saben que los cazadores duermen sus siestas y sus borracheras de los fines de semana;   y que aprovechan   todas las fiestas comunes de los hombres, para darse una carrerita por los campos,..
Pero eso sí, no muy larga, por temor a  ser presa de los cazadores.

También se dice,  que los Gurres  que no  mueren de tristeza en sus madrigueras, son aquellos que siguiendo los sabios consejos de los ancianos, aprendieron a cantar,..

Y que los que no  son atrapados por el hombre,  son aquellos que nunca olvidan los sabios consejos de los ancianos.

Doña Gurreta, aún  llora amargamente la muerte de su esposo y sus  tres hijos… y ni así, ha dejado de vociferar y de ser irrespetuosa.


NOTA:

1.-   Gurre: Otro nombre con el cual se conoce al Armadillo en la región del  Putumayo.


CESAR MONTERO.


 

 

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