APARICION
Ahora duermo en otro cuarto de la casa, y no he vuelto a entrar al
cuarto que ocupaba por temor a mirar
nuevamente aquella horripilante figura… Además, abandoné el estudio, conseguí
trabajo, cumplí los 17, y este fin de semana, pienso mudarme de la casa de mis
padres.
La noche
de la aparición estaba solo en casa, mis padres y mi hermana habían salido a cumplir
un compromiso… Yo no los acompañé, porque tenía un examen escolar para el
siguiente día. Aquella noche, luego de estudiar, me dispuse a ver una película
en la sala como en eso de las once,
escucho un ruido que proviene de
la cocina y me acerco a mirar que lo
había causado, entro, pero no miro nada.
Luego siento a mis espaldas como si alguien
corriera hacia la puerta. Me
quedé quieto y atónito, pensé que de pronto era un ladrón. Subí rápidamente la
escalera y fui al cuarto de mis padres
para sacar la escopeta… trataba de cargarla, pero los cartuchos caían de mis manos por el miedo
y la ansiedad…
Ansioso,
cauteloso, con la escopeta a punto de tiro comienzo a recorrer toda la casa
buscando al supuesto intruso, primeramente en la planta de arriba, y luego
abajo…confieso que tenía la garganta seca, y los pies se trababan al caminar,
mi corazón palpitaba a más de mil... Entre
el miedo hice un recorrido por todo el lugar,
pero no vi nada anormal; la
puerta estaba cerrada con llave, igualmente las ventanas con sus respectivos
seguros. Vuelvo a la sala, y me dispongo
a seguir viendo una película, cuando: Entre las escenas y el volumen escucho una voz suave como de un niño a mi
espalda. Tiré lo que tenía en mis manos,
un frío de ultratumba recorre mi cuerpo,
y al tiempo me impulsa a levantarme como resorte, quedo a la expectativa, miro a todo
lado…pero no distingo nada.
Cansado
de las interrupciones, me dispongo a subir a mi cuarto para seguir viendo la
película desde la cama. Antes, había
preparado algo para comer. Como pude tomé la comida, la escopeta y la película…Comencé a ascender
por la grada, ya en el cuarto, coloqué la película en el reproductor y adelanté las imágenes
vistas, di un mordisco al emparedado, me recosté en la cama, y cuando me disponía a proseguir mirando,
escucho un murmullo que venía de abajo de la cama…Solté de golpe la comida,
tomé nuevamente la escopeta, encendí la luz principal, me agaché por debajo y
no vi nada….Pensé que eran cosas de la imaginación, o el nerviosismo por el
próximo examen.
Me
levanté aburrido por las interrupciones, giré un poco la cabeza, y cuando miro en
el sillón que estaba al extremo la figura de algo que parecía un niño o un
muñeco sentado…Al principio pensé que era uno de los muñecos de mi hermana que
había dejado allí, pero no, detallándolo era un niño que lucía un ropaje blanco
a medio cubrir, no tenía más de tres años, se mostraba cómodamente sentado. Su aspecto era pálido, su mirada amenazante, y tenía algunas manchas en su cara…Me alejé
hasta la puerta con intenciones de salir del cuarto, y en un momento el niño comenzó
a llorar y luego a gritar, su cara se fue deformando totalmente hasta convertirse en un pequeño monstruo… No
pude más, en el afán de correr, tiré la
escopeta y salí del cuarto buscando la
escalera…Cuando me faltaban pocos escalones para ganar el piso de abajo… Caí, y según dicen, me había dado un fuerte golpe en la cabeza por el cual había
quedado inconsciente, y solo cuando mis padres llegaron me habían levantado.
Desperté
luego en una butaca de la sala, mi padre hacía preguntas, mi madre me miraba
angustiada. Esa misma noche no subí a dormir a mi cuarto, sino que me quedé en
un cuarto contiguo. En la mañana, volvimos
a tomar la conversación y nuevamente les
dije a mis padres sobre la extraña
aparición. Ellos por supuesto que no me
creyeron, y dijeron que la casa era nueva y que no eran posibles ese tipo de
apariciones, y que si de pronto había tomado algo como licor, o probado alguna sustancia…Yo aún era zanahoria para aquellas
cosas…
En los días siguientes pasé por varios exámenes de médico quien al no
encontrarme nada anormal, me recomendó hacer dieta y ejercicio, me dijo que
estaba muy subido de peso, y me remitió al psicólogo. Este conceptuó: que posiblemente la visión fue producto de la presión del examen, y me
recetó tranquilizantes…
Desde esa noche, no he podido borrar de mi mente la horrible visión, creo
que un niño me mira, me persigue, que llora fuera de mi cuarto, o en mi cabeza… Siento que por las noches tocan, o arañan la puerta, o que algo se arrastra o
corre por el pasillo…
Blogguer: Edward Belloum: 012.
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