martes, 27 de mayo de 2014

El Tío. Relato.



EL TIO


Todos le decían el Tío. En vida se llamaba Germán Alberto Lozano con Libreta Militar de Primera, la que para ese tiempo era un sinónimo de hombría y verraquera. Corrido y recorrido por Marquetalia, cuna y casa de los Chusmeros de ese  entonces.
Y decía: Si salí con vida de aquellos combates y de aquel infierno, fue gracias al adiestramiento que recibí en  el ejército, al juego de la astucia, y a las santas bendiciones de mi madre, la cual era en realidad una santa, porque muchos son: sólo hijos de puta, y a mi madre, varios la miraron elevarse del suelo, cuando rezaba arrodillada a la imagen del Señor de los Milagros…
 Que prueba de su buena suerte, eran las cicatrices de las heridas de bala que había recibido, y las mostraba a los más incrédulos… Por eso,  decía que no le temía a nada… Porque para morir nunca es tarde, y la muerte nunca llega a quien no debe morir,  nunca un día antes, ni manda razón con nadie… y remataba: “La muerte avisa en sueños cuando llega, y no llega  en  cualquier momento, sino en el momento preciso. Además la muerte misma como muerte, es tan solo una ilusión, pero nunca es eterna…En los cielos y en la tierra, nunca se ha dado una segunda muerte”
Cuando vino del ejército, comenzó a trabajar como ayudante de mecánico en un taller. Luego de algunos años se independizó, alquiló un lote sobre plena  17, y organizó con ayuda de su madre su propio taller.
 Contrató trabajadores con el sistema de ganancia por porcentaje: 70% para el dueño, y 30% para el trabajador.
Las personas que lo conocían lo respetaban porque lo consideraban  conocedor de muchos temas, y a ratos hacía las veces hasta de consejero, y de psicólogo natural de los vecinos…Sus amigos, buscaban en él alguna solución  para sus problemas.
Lo respetaban por su trabajo, por sus conocimientos de mecánica,  por su cumplimiento y honradez.  A sus operarios les recalcaba: ¡Aquí se trabaja bien, o se Trabaja, Verracos!
En el taller se hacían todo tipo de trabajos de mecánica automotriz, además de lámina y pintura.   El Tío, siempre estaba pendiente de todo, y  de nuevos cursos y actualizaciones en el ramo de la mecánica y la pintura, a los cuales mandaba a sus operarios para que se le midieran  a cualquier tipo de trabajo, y también, para que  éstos,  no se quedaran como simples: “Y llanos Mediocres, y para que salgan de ese estado de Paupérrimos…” -así  lo  repetía siempre, de  manera enérgica y segura-.
Además de los trabajos que hacía a los particulares, tenía un Contrato con una importante empresa de buses  de trasporte con cubrimiento nacional, lo cual le generaba  buenos ingresos,.. Según él  adicionales,  que gastaba en sus diversiones de fin de semana y en sus obligaciones de familia y enamoramiento.
“Decía que el licor y el cigarrillo son motivos sociales, y que un verdadero  hombre con buenos  ingresos,  que no tuviera  por lo menos tres mozas, no valía nada”.
Fumaba Marlboro, pero nunca daba un cigarrillo a nadie.  Con los operarios del taller, tomaba aguardiente, pero nunca gastaba solo.
La primera va por mi cuenta decía, y agotada la ronda entonces vuelvo a repetir… Y nos recordaba burlona y orgullosamente: con ustedes bebo Agua Fuerte,  pero con los ejecutivos del Sindicato, y entre Señores, bebo  Whisky.
Gracias a las ganancias que tenía, podía darse ciertos privilegios de Señor.  Usaba ropa y zapatos de marca, y  los domingos  se movilizaba en su Berlina  particular en la cual  llevaba  a su familia a escuchar misa de 10 en Cristo Rey, donde siempre dejaba buenas limosnas. Participaba en las elecciones al lado de los ejecutivos del Sindicato, y siempre apoyaba a los Rojos que fuera pegando duro. 
Luego de unos aguardientes nos decía,  que el lema de su madre era: “Si no le temes a dios, témele  al  Comunismo1,  lema este con el cual nunca estuvo de acuerdo… Le preguntábamos  que por qué: Nos respondía que nosotros éramos unos “Toches”2, que a él en lo personal, le hubiera gustado que Colombia fuera comunista, para librarse de tanto vago que había en las calles, y de tanto ladrón en el  gobierno.
Decía que a él le gustaba siempre componer sus propios lemas de vida y de operatividad, como: “Si  temes a la pobreza es mejor que trabajes sin descanso…”. “No regales nunca  nada a nadie, porque  promueves  la vagancia”. “Si alguien  te habla duro y sin  motivo, grítalo para que le calmes la arrechera”. “Nunca te humilles a una mujer, sino domínala con tu fuerza, y si no puedes,  dale dinero y llévala a la cama”. “Desconfía de la mujer que se tiñe el pelo, o se pone postizo en su cuerpo, porque siempre será una traidora”…
De los maestros  de ese entonces, el Tío era el único que tenía afiliados a sus operarios al Seguro Social, dizque porque no quería verse envuelto en líos de angustias y peticiones… Lo bueno era, que sin considerar  su rigidez de carácter  y  su altanería como puntos malos, cuando un  operario sufría algún accidente de trabajo, buscaba en lo posible,  ayudarlo con algún dinero y medicinas...
Tenía su lado de diversión,  cual era, el que le gustaban mucho las mujeres, y si las  veía bonitas y gustadoras, y le daban lado, se olvidaba de todos  los reparos, las reflexiones y la ética profesional que decía tener... Y no importaba si la mujer  fuera esposa de su operario,  sobrino,  vecino... Les ofrecía  sus amores con fajos de billetes que sacaba de su bolsillo izquierdo. Muchas doblaban sus rodillas por gusto al dinero, o  por necesidad;  y  algunas se volvían amantes de ocasión, o hembras de reiteradas visitas.
Algunas veces con tragos se ponía nostálgico, y decía: “Cuando vine del Cuartel   llegué vaciado y enfermo,  pero  gracias a mi  verraquera, ahora  soy  el Señor  que soy…  Una persona de respeto”. 
A  los ayudantes de sus operarios que les veía madera  para el estudio, les decía: “Ustedes estudien,  para que  en la vida no sean  esclavos,  sino patrones”.
Recuerdo que en algunas ocasiones, y  en las mesas de cantina nos decía: “Que no le pusiéramos tanto misterio a la ciencia, porque esta tenía  que ver con la práctica, y que filosofía podía ser cualquier cosa…como una mesa, o cualquier artículo o elemento…”  Como simples ayudantes de taller le decíamos que eso no puede ser así, y que la filosofía era algo más grande.
 Y continuaba: “Para ser filósofo no se necesita estudiar  filosofía, porque la filosofía se la  encuentra en cualquier parte, o simplemente viene al hombre como reflexión…”
–Nunca logré entender el principio argumentativo del Tío, por ejemplo: que filosofía podría ser una mesa…
También  nos decía, que desconfiaba de los médicos y de los abogados. Que los primeros podían curar la enfermedad de cualquier paciente con un agua Aromática, pero que no lo hacían por temor a perder el paciente, y que éstos, trabajaban para grandes empresas de la droga a nivel nacional, lo cual, es contrario a la ética de la medicina.
Que hay médicos que abren y rompen a los pacientes por el gusto de operarlos, porque a algunos les gusta el ritual de la sangre…Esto lo  decía por los años sesenta... Que llegará el día en que los médicos sólo recetarían con base a los resultados de las máquinas, porque en el futuro,  serían éstas, las  que diagnosticarían las enfermedades de  los pacientes, y no el médico...
Y agregaba: Un médico no debe trabajar para hacerse rico, sino para ser famoso y respetado por sus descubrimientos. Que la profesión de médico no era para todo el mundo, sino para quién tuviera vocación por la medicina. Y que a las facultades de las universidades, habían olvidado el sentido humano, dando preferencia a la ostentosidad de los títulos,  y a la petulancia de la profesionalidad.
-De los Abogados decía: Estos trabajan por interés del dinero, y  muchos venden su  ser y su conciencia  por interés.  Y que otros venden a sus propios clientes  a los opositores y contrarios en la litigación de los procesos…
Remataba: Se debe desconfiar de un abogado en un negocio, porque éste siempre argumentará  los códigos y las leyes para sacar sus propias ventajas.  Que muchos abogados se dan nombres tenebrosos o rimbombantes entre sus alumnos en las facultades, para hacerles creer que son eficientes, de temer,  o  de algún  valor jurídico. Que el abogado sólo trabaja en relación al dinero que recibe de sus clientes, y que hay trabajos que dejan inconclusos,  con puntas o con huecos…  Que la ética del  abogado  estaba determinada por la oportunidad del  negocio para el cual lo contrataran… y que algunos trabajan para dios o para el diablo…
…ni pensar discutir con él, y muchas de las cosas que decía,  sonaban bien, y pensábamos que eran realidad…
Lógicamente, en las mesas de cantina, el Tío no tenía opositor, y menos de nosotros, que no habíamos cursado ni  la primaria…No sabíamos  de leyes, ni de nada, apenas de pasar alguna llave en el taller,  de lavar  grasa, o de terminar el enrosque y el apretar de tuercas y tornillos…
Cuando tomaba, Su voz se volvía  fuerte e inspirada, y cuando más nostálgico estaba,  terminaba declamando poemas como: el  Brindis del Bohemio, Porqué no Tomo Más, y otros. Se sabía de memoria la introducción al Quijote de la Mancha, y todos los poemas de Aníbal Micolta, un poeta tuquerreño2,  el cual según el Tío, tenía gran sentido social y humano en su obra, y no era un vendido…
Para nosotros, muchas cosas de lo que decía,  era como el inglés… menos, saber del sentido social de la poesía… Y para postre, el Tío no tenía más de segundo de primaria, pero leía y escribía como una persona estudiada…Y cargaba siempre en su bolsillo algún libro de Vargas Vila o de Nietzsche. Y repetía:
 La escuela es necesaria para la intelectualidad, pero castra la creatividad”. Nosotros, lo escuchábamos hablar, y a ratos pensábamos que en algunas cosas tenía razón, pero también pensábamos: que estaba loco.
Fue  presidente del Sindicato, y  –según él- se dio de mano y se codeó  con importantes personajes de la política, como Carlos Lleras, el Negro Gaitán, y otros…  y la vez,  tuvo la oportunidad de contradecirlos, o hacerles  ver el error que cometían con sus decisiones de gobierno, como el caso de la Reforma Agraria de Lleras… Y de uniformar a los taxistas en Bogotá en el gobierno de Gaitán.
Le gustaban los tangos de Gardel, y algunos discos de Julio Jaramillo y Olimpo Cárdenas, con los cuales llevaba serenatas a sus enamoradas. También la ranchera Sigo siendo el Rey, la cual entonaba con orgullo y tomaba un aire de sobrado cuando la entonaba.  La canción de Chabuca Grande: Vírgenes del Sol, tampoco faltaba en sus múltiples farras.
Decían que el Tío vivía con dos mujeres en una misma  casa, y que éstas,  nunca  peleaban entre ellas, porque  el Tío  las tenía adoctrinadas y sentenciadas. Y que si acaso disgustaban, cuando volvía del trabajo las calmaba dándoles a cada una  su ración de amor, su autoridad,  y buenos consejos.
Según los comentarios,  el Tío tenía  buena  “Penca”3, y  aguante  en sus faenas amorosas, gracias al pescado  infaltable  en sus comidas, las cuales  acompañaba  de un gran plato de  ensalada  con cebolla picada, ajo, ají, y perejil.
A ratos nos demostraba que era un Maestro de verdad en la mecánica. Algunas veces, desarmaba el motor de un carro  por completo, y nos iba diciendo la función de cada una de las partes, y los altibajos de las piezas  cuando estaban  gastadas, flojas,  o cuando eran de baja calidad. A medida que lo iba armando, él daba las primeras vueltas a las llaves, y dejaba luego,  que los operarios y los ayudantes terminaran el trabajo según la naturaleza y la complejidad de las piezas, para que aprendieran haciendo.
 El hombre desvaraba  carros que para otros era imposibles. Un día llevaron  remolcada una volqueta para que le encontraran el daño que nadie le había podido encontrar. Él, luego de examinarla dijo en tono fuerte y altanero: ¡Toches, le falta un empaque  en la separación del cigüeñal, y una horquilla en el separador!, en seguida un operario colocó lo que faltaba, dieron marcha  al motor, y  asunto arreglado. El dueño de la volqueta,  gastó  “perra y comilona” en agradecimiento…en plena mitad de la semana.
Recuerdo que a sus hijos les repetía lo mismo que a algunos jóvenes del taller: “Estudien para que manden y no sea mandados por nadie, y si alguien los manda, por lo menos debe demostrar que sabe”.
Agregaba: “En el futuro habrá muchos profesionales con  títulos de doctor trabajando de míseros de taxistas, o titulados en Administración trabajando en una picantería”.
Que la política no tendrá ideología, y que rojos y azules serán alimañas cortadas por la misma tijera. Que la política a pesar  de ser sucia es noble… no todos podían sobrellevar la fama del político. Porque  muchos se ensucian en la primera porquería que encuentran a su paso, y que ello,  podría dar motivo para mandarlos a la  cárcel. 
 Que político de  respeto,  era  aquel, que a pesar de las acusaciones de sus opositores y de la opinión en general, podía  demostrar rectitud con sus actos, y no terminar en la cárcel.
Y remataba diciendo: La política es madre y padre de los sapos, de los lagartos y de los lambones, y que muchos  viven y sobreviven de las dádivas, auxilios y contratos.
La política mueve en sus manos miles de millones de dólares que se acumulan sólo en las arcas de unos pocos, y esos son los que obtienen los reales beneficios.
Que por lo general, los colombianos somos sapos de nacimiento, y que a veces dominados por ira, porque no nos dieron participación, terminamos disgustados con los jefes que roban el erario público y que no somos capaces de denunciar nada de manera legal por cobardía, para no meternos en problemas.
Que cuando nos compran o pagan por nuestro silencio, somos capaces de defender las fechorías más atroces, y santificamos a los más encarnizados truhanes y demonios.
Agregaba con tragos: Llegará el tiempo, en que hombres usurpado  la civilidad,  tomarán en sus manos la autoridad, y con esa falsa identidad se apoderarán de las tierras del campesino.
Se repetirán situaciones de desplazamiento como en la “Época de la Violencia” y desplazarán a miles de sus hogares.
En el futuro, habrá una gran cantidad de grupos religiosos, que se disputarán en las casas,  en parques,  o avenidas, los feligreses que desertan del Catolicismo, y cada uno de éstos grupos defenderán sus creencias diciendo que son los portadores de la única verdad, y se harán llamar cristianos…
Pasaron los años, y por mi parte tuve que viajar a otras tierras…volviendo a los años me contaron que el Tío había muerto en condiciones muy lamentables…Sin taller y sin trabajo, olvidado de los suyos, y en tierra extraña…
Que muchas de las mujeres que fueron sus amantes, no se acercaron siquiera a la hora del entierro…”Murió de pena moral”. Decían, que al verse sin trabajo, sin plata, y en consecuencia sin vicios que practicar,  y sin mujeres…su vida se convirtió en tormento.
Y que al final, le había seguido las indicaciones de un médico, a los cuales detestaba, y había abandonado hasta el cigarrillo, lo cual,  no soportaron sus pulmones habituados al Marboro. Decían que  en sus últimos momentos, cargaba un pequeño tanque de oxígeno en su bolsillo para ayudarse con la respiración, y que necesitaba inhalar, cada dos cuadras.
…Algunos decían que el cambio de la “arepa”4 era el resultado de un “daño”5 o postizo,  impuesto por una revancha de amor… por un esposo abandonado de su mujer, la cual había tenido su enredo con el Tío…
NOTAS:
1.-  Lema o propaganda que circulaba en oposición al comunismo de Cuba.
2.- Toches: Reg. Bobos o ignorantes de pueblo.
3.- Penca: Jerga: Buen tamaño del Genital, y aguante en las faenas amorosas.
4.- Arepa: Jerga. Buena Suerte.
5.- Daño: Se refiere a un mal impuesto por brujería.

Edward Belloum.012.


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