martes, 27 de mayo de 2014

Vivir a Pocos. Relato




VIVIR A POCOS
Me despertaron los ruidos que venían de uno de los cuartuchos de abajo, sabía que era de madrugada… Peleas otra vez, el guache había llegado nuevamente borracho a prenderle video a la Dora, pero ésta como no se deja joder, le tiraba al malnacido con lo que encontraba… Esa era película repetida, de casi todos los fines de semana, al igual que las que pasan en la televisión… Traté de dormir pero fue imposible, los gritos y los ruidos seguían… Enciendo el bombillo, voy a la estufa y solo queda un poco de café agrio de dos días… lo tomo. Me siento en una silla cerca de la ventana, y pienso: lo que uno tiene que soportar cuando se vive en una casa donde todo huele a perfume de mierda, claro, un baño para 17 familias y otros tantos solteros como yo…Pero de qué se queja una,  esto no es un estrato cinco ni la casa de los Santos, aquí cualquiera interrumpe tu sueño con gritos o escándalos, hasta la policía,  cuando entra hacer batidas buscando un jíbaro, o un ganancioso…O cuando van detrás de algún man que sorprendieron o denunciaron.
Cómo lograr dormir nuevamente, no hay nada para la cabeza, mejor es salir hasta la esquina para mirar que hay…Es domingo de madrugada y lo que se puede encontrar es nada,  pero hay que salir, de pronto se encuentre algo tirado, o pase algún arrecho y proponga algo, o de pronto hasta encuentre a mi príncipe azul…
Nunca he dejado de soñar desde que lo perdimos todo… y ahora estoy metida en el rebusque, viviendo al momento con lo poco que se consigue para pagar el alquiler del cuarto y comer algo…Al cruzar la esquina la mano asquerosa del Patasola me jala y me dice: -Entonces qué mi vida…Tengo algo para la cabeza,  y es suyo pero si me entrega la medalla…Quiero darme en la cabeza, pero el patasola es muy asqueroso para cambiarme por una traba…Lo saludo y llego hasta la esquina.
Como siempre, los policías de turno están al asecho de los vendedores de hierba, pepas y otros para exigir la liga. La Tromba está aún de servicio, me le acercó, y dice: -para qué se levantó Tuerta, esto está más limpio que hueso viejo…
Le respondo: Que el Chango llegó a frentear a la Dora por celos, y con el escándalo me había quitado el sueño. Dijo: -Yo por eso no me embarco con nadie… ¿Celos a una puta, mija? Solo al Chango se le ocurre… Espere mija… ¡Pilas! Alguien se  mandó a la ferretería por el techo, vamos por atrás a ver si tiran algo… Efectivamente, cuando llegamos atrás los Saltimbanquis se descolgaban del techo con dos maletas cada uno, la Tromba les dijo que tiraran algo,  y nos tiraron un paquete pequeño con  herramientas,  y volaron… -Con esto despegamos en algo, dijo la Tromba, yo tengo la flecha, y mañana hablamos... Le dije: -que tirara algo para un tinto… me pasó una moneda, y se fue para la pensión rápida y sigilosa.
Volví a la esquina para buscar un tinto en el Café…En tanto,  el Zarco se le había mandado a un carro que pasaba para bajarlo de espejos y antena… El cucho del carro baja  el vidrio y dispara: primeramente al aire,  y luego otro, acertándole en la nuca al Zarco, éste cae de bruces antes de alcanzar el andén. Los tombos atentos… se acercan a examinar rápidamente al Zarco quien yacía en el suelo, luego, se regresaban a hablar con el agresor, recibían algo y anotaban en su libreta, y luego lo dejaban partir…Seguidamente llamaron al comando para informar lo sucedido. A la media hora, llegó el Porche, un camión pequeño que  los polochos usan para varios fines,  en el cual subieron el cuerpo sin vida del Zarco…En  segundos, el panorama quedó como si no hubiera sucedido nada.
Al rato pasó un borracho que me dijo: Mi amor, entonces qué… le dije: -Que 20 y la pieza. Respondió: -que si era virgen. Le dije: -que igual que su madre. Luego dijo: Que no me pusiera brava, y que solo tenía 20, y que yo arreglara lo del cuarto. Le dije: -Vamos…
Camino al hotel me dijo que yo estaba muy linda, y comenzó a tocarme las nalgas…y agregó: Qué culito tan rico el que yo me voy a comer... Cuando subíamos la grada del hotel se resbaló por tocarme una teta, y yo alcancé a sostenerlo de la correa. Llegamos a la recepción, le dije que pasara los 20, este comenzó a buscarlos en los bolsillos del pantalón,  y no los encontraba, yo me acerqué y le dije que los sacara del bolsillo de la camisa… Me los entregó, y pagué los 5 de la pieza;  y le dije al portero: que me guardara el resto, que a la salida los retiraba.
Me entregó una sábana, una toalla, jabón,  y papel, luego nos fue a abrir el cuarto. Solos en el cuarto, y luego de unos segundos, le dije: que se bajara el pantalón. El borracho no podía desabrochar la correa, yo hice el trabajo de bajarle el pantalón y el interior… ¡Sorpresa!… Tremenda verga de 24 o 26 centímetros, propia para mandar al hospital a cualquiera… Pasando del extrañamiento, comencé a hacerle los exámenes de rigor. Uno: espichar la cabeza  para saber si salía materia, y dos: revisar las bolsas para ver si tenía piojo ñato, carranchil u otros, pero no, el cliente estaba sano.
Generalmente los clientes cuando entran a un cuarto solo se bajan el pantalón y el interior, y a veces se sacan la chaqueta…El borracho en un momento de joda se sacó todo quedando desnudo ante mis ojos… Pensé hacerle la voladora llevarme su ropa, y salir, pero me contuve. Luego de cambiar las sábanas me dispuse a recibirlo, y en un rato se me vino encima…
Otro desgraciado que se convertiría por un rato en mi dueño, pensé.  Ya encima, tomé la verga y la apunté directo a la medalla, y el desgraciado me la mandó hasta el fondo, sentí algo de dolor pero pasó pronto, y comenzó a follarme de lo lindo… duro y desaforadamente, como mostrándome que quien  ponía las reglas era Él… A ratos me metía tanto la verga, que me creía clavada o traspasada al otro  lado…o que de pronto, sentía que estaba hurgando los intestinos, o abriendo otro hueco.
Había tenido experiencias similares, y no le temía a esa clase de vergas, comencé a cogerle gusto a los movimientos y practicaba la aspiradora para hacerlo venir rápido y terminar…
 Pero el desgraciado, era una máquina de culeo, me decía que le dé el chiquito, yo me negué… y le repetía que terminara pronto, porque en un momento nos tocaban la puerta. Efectivamente, en un momento el portero tocó la puerta, y le dije: que en un momento salía. (Este es el convenio entre las putas y el portero, o quien las vigile, extensivo a los mismos putiaderos, para cuidar que entre los clientes no aparezca un destripador…).
De pronto,  terminó el folleo y quedó quieto encima de mí, pensé que por la borrachera se había agotado, y que por lo mismo, se había quedado dormido. Esperé unos segundos, lo hice a un lado  despacio para no despertarlo, me salí por debajo de él dejándolo de bruces,  fui al baño, me arreglé la ropa dispuesta a salir del cuarto, y cuando iba a cerrar, note que había una redada en el hotel… me devolví, cerré y me senté en la cama. Esta abstraída pensando en muchas cosas, cuando comencé a mirar al borracho que dormía boca abajo y desnudo. Afuera, se sentía pasos y gritos en los pasillos…luego de un rato, silencio.
Era chusco, y lindo el desgraciado, tenía buen cuerpo y bonitas nalgas, sin despertarlo me recosté a su lado y coloque la cabeza sobre su hombro y comencé a soñar…Le decía en silencio un sinnúmero de palabras: Te quiero, esposo mío, te amaré siempre, duerme que los niños están dormidos…Mi mano inconsciente se fue deslizando a su verga y comencé a frotarla suavemente, y esta, estaba dura, y el desconocido seguía durmiendo.
 Lo volteé hacia arriba, y en la penumbra, entre las luces que entraban por la ventana,  la verga del desconocido se miraba como un pequeño faro luminoso en medio de una isla. Tal vez la situación de verlo impotente, reducido, indefenso, me despertaba ganas o mañas que no practicaba desde hace tiempo…
Comencé a acercar mi boca a su verga, y a correr mis labios y mi lengua por todo ese mástil a la deriva, luego, a meterla en mi boca hasta a mi garganta con ansias de atorarme...
El borracho estaba perdido. Bajé mis interiores, y subí a la cama y comencé a hacer sentadillas hacia atrás, hacia delante... todos los movimientos posibles,  tarareando a voz baja la canción de la primavera…
 No sé cuánto tiempo pasaría, porque cuando me di cuenta,  me estaba corriendo…Dios me estaba corriendo…hace tiempo que no lo lograba, la visión se me nubló, hice los movimientos finales, y me quede por largo rato como alelada, luego me paré,  y la verga estaba allí, dura, parada e intacta sin venirse, y lubricada.
Pensé que nadie me iba a creer el cuento cuando lo contara, por lo cual me prometí: que lo que pasó ese rato en el cuarto,  hacía parte de la reserva del sumario. Fui hasta el baño, me refresqué un poco y volví a la cama. Me acerqué al borracho y seguía profundamente dormido, pero su con  verga estaba al punto del enhebre…Me acerqué a su cara, miré que era lindo el desgraciado, comencé a decirle palabras dulces: mi amor, te amo, y proseguí a besarlo en la boca, en los ojos en su cuello en el pecho algo velludo, en el pene de una manera desesperada… le decía que por esa noche o siempre sería solo de él, y que él también sería mío... mío…Solo mío…
Luego me le eché encima y comencé a follarlo en posición horizontal, me sostenía fuerte de sus hombros, y hacía todos los movimientos conocidos, hacia arriba, en círculo, el medio volantín…Dios me estoy corriendo nuevamente…dios, mi amor, mi vida, mi hombre, lindo, hermoso, precioso…Abrí los ojos luego complacida…Y el borracho seguía dormido…luego unos toques en la puerta, era el portero: ¿Tuerta de vas a quedar? –Ya voy, me había quedado dormida, -respondí.
Serían como las tres, volver a mi cuarto qué pereza. Me bajé el vestido y fui hasta donde el portero para que me diera lo mío, de allí compré una Coca-Cola, y le dije, que el paciente estaba dormido, y que me iba a quedar otro rato. Volví al cuarto, y el borracho seguía dormido con su verga parada desafiando al infinito.
Me senté en la silla a mirarlo un poco, nunca había tenido una experiencia similar, la mayoría de mis hombres eran de un rato, muy rara vez de toda la noche…Hombres arrechos para toda la noche son pocos, en una ciudad solo se encuentran dos o tres en mucho tiempo…Estos son como  granizadas en el trópico, esporádicos, por algún tiempo, y luego se pierden…Dicen que a veces se los conquista una vieja rica y arrecha, o los contratan para el cine porno…
Tomaba la gaseosa a sorbos pequeños de la botella, y comencé a tener ganas de poseerlo nuevamente, esta vez me saqué toda la ropa y quedé desnuda, me subí a la cama y comencé hacer movimientos de baile como de mujer bonita  en la pantalla.
Me deslizaba sobre él, me daba la vuelta, salía por el otro lado de la cama, me colgaba de las tarimas, le pasaba mis nalgas por su cara…y finalmente en un arranque se soberbia me metí su verga por el chiquito, al principio suave, luego cuando fui entrando en calor, hacía movimientos fuertes, duros…Lo hacía hacia adelante, hacia atrás…así…así…Me sentía clavada a una gran estaca, ondeante como bandera de república victoriosa. Así… así… dios… dios…me estoy viniendo nuevamente…dios…dios… ¡Qué noche! A veces, una se encuentra algo bueno, y a veces solo problemas, -me dije.
Saque la verga de mi ano, y escuché un pequeño ruido como cuando se destapa una gaseosa…y noté que la verga estaba dura, lista, a la medida y a la orden…olía a algo fuerte. Fui al baño, me refresqué un poco y volví…Pensé que por hoy había sido suficiente…
Acerqué la silla, recogí la ropa del desconocido y la  ordené para que cuando despertara no tuviera problemas al buscarla…Luego le limpie agradecidamente la verga con la toalla mojada.
Cogí lo mío, le di un tierno beso de despedida en la boca, noté que el borracho estaba un poco frío, lo cobijé con la sábana y su chaqueta,  toqué nuevamente su  verga, aún estaba dura, cerré la puerta y salí del hotel…Afuera, noté que caminaba como si fuera por las nubes, algo hacía vacío en mi vientre, mis nalgas voluminosas se movían como partidas a la mitad,  no sentía mis pasos, sentía algo parecido al entumecimiento luego de haber tenido un largo viaje en moto y atrás… pero me embargaba una extraña añlegría.
Me dirigí a una fonda que nunca cerraba, en la cual con Tres podía tomar un consomé y regalaban un tinto. Terminé el refine, y me fui por la calle de atrás al cuarto que alquilaba, llegué, y noté que todo era silencio… me acosté pensando en aquella experiencia que había pasado…y al final, me dije: -Son cosas del oficio.
Serían las nueve cuando desperté… Tenía monis para comprar café, pan y huevos,  y hacerme un desayuno antes de salir a rebuscar…y luego pillar a la Tromba para que me diera el algo…
Fui a la tienda, y desde allí pude ver el bochinche en el Lida, el hotel en el cual había estado la noche anterior con aquel…Me acerqué para mirar, y vi que sacaban dos  cuerpos… Decían: Que uno era el  portero, al cual lo había matado por robarle las entradas de la noche; y el otro, el de un borracho, al cual le había dado un infarto mientras dormía…

EDWARD BELLOUM. 014.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario